Con los ojos fijos
en El
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 39 – 2
de agosto 2020
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Por años reposa en el olvido de la
Asamblea Nacional, un proyecto de Ley con el que se pretende normar el sistema
nacional sanitario, ¿señores legisladores hasta cuándo debemos esperar? ¿Es que hay acaso intereses creados que
impiden se apruebe esta ley? Es una
deuda capital que la legislatura debe pagar ya al pueblo. Otro grave atentado a la salud popular es el
incumplimiento del Ejecutivo al mandato constitucional de la asignación
presupuestaria anual.
La Salud integral:
obligación y derecho de todos
La salud es un concepto complejo e integral que comprende: aspectos objetivos y subjetivos, formales e informales, personales y sociales, éticos y morales, culturales y ambientales, políticos y económicos, entre otros, que se modifican con la educación, la demografía, el tiempo, la infraestructura, los servicios básicos disponibles, y que a la vez, transforman la cultura, las costumbres, los hábitos y las condiciones sociales, políticas y ambientales de la sociedad.
Si bien “la salud es un derecho que garantiza el
Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos, entre ellos
el derecho al agua, la alimentación, la educación, la cultura física, el
trabajo, la seguridad social, los ambientes sanos y otros que sustentan el buen
vivir” (art. 32 Constitución ecuatoriana), también es una obligación ciudadana
cuidar y proteger la salud integral individual y colectiva. Todos, sin excepción alguna, estamos
inmiscuidos en esta sinergia dinámica por la vida.
Para enfrentar las enfermedades físicas se han
diseñado e implementado sistemas sanitarios estatales y privados. El Estado ofrece un servicio limitado,
deficiente, politizado, muchas veces inmerso en corrupción, con ausencia de
equipamiento y medicamentos. El sector
privado, por su parte, en su gran mayoría, ha visto en la salud un negocio
lucrativo, ausente de solidaridad, donde simplemente nos atienden si somos
capaces de cancelar sus honorarios, de forma directa o por medio de seguros
generalmente onerosos.
La Organización Mundial de la Salud - OMS determina
“que el goce del grado máximo de salud que se puede lograr es uno de los derechos
fundamentales de todo ser humano y que los gobiernos tienen responsabilidad en
la salud de sus pueblos, la cual solo puede ser cumplida mediante la adopción
de medidas sanitarias y sociales adecuadas”, pero en nuestro país estamos lejos
de cumplir con este propósito, lamentablemente, con frecuencia, el enfermo no es
el centro de atención ni es considerado en su dignidad. En esta línea, defender la vida y la
integridad física significa (...) proteger el derecho a la salud personal y
familiar.
La salud de un pueblo, a más de ser física también
debe ser ética y moral, de ahí la necesidad imperiosa de diseñar planes e
implementar proyectos con estrategias orientadas a cuidar, proteger, asistir y
acompañar las múltiples necesidades que tenemos. Como país estamos sumergidos en una pandemia
de grandes proporciones. Así como cuando
tenemos alguna dolencia física, también cuando estamos con alguna enfermedad
ética o moral, deberíamos acudir a centros especializados para someternos a
tratamientos que corten e impidan que la degradación se apropie del tejido
personal y social y enferme, contamine y aniquile a todo el país.
Así como se combate el cáncer y ahora el
coronavirus, deberían implementarse “estados de emergencia” con cuarentenas
para tratar estos virus que carcomen silenciosamente la vida de los pueblos.
La salud, a más de ser
ausencia de una enfermedad determinada, es un estado de completo bienestar
físico, mental, ético, moral, social, cultural, económico… · #ComuniquemosEsperanza
Con
los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los
miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a
través de estas cartas.
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