salvando
vidas: el Papa a los embajadores
Sala Clementina: Presentación de las
Cartas Credenciales de nuevos embajadores ante la S.S.
(RV).- “Se debe hacer frente a las
divergencias con la paciencia valiente del diálogo y de la
diplomacia, con iniciativas de encuentro y de paz y no con la
exhibición de la fuerza y su uso precipitado y
desconsiderado”; lo dijo el Papa Francisco en el jueves 18 de mayo
a los nuevos embajadores ante la Santa Sede de Mauritania, Nepal,
Trinidad y Tobago, Sudán, Kazajstán y Níger, con ocasión de la
presentación de las Cartas que los acreditan.
El Obispo de Roma hizo hincapié en
la importancia de la diplomacia y del diálogo para ayudar al mundo a
resolver las actuales situaciones de conflicto, caracterizadas por
“una complejidad considerable”:
“Entre los factores que agudizan
los problemas se encuentran una economía y unas finanzas que,
en lugar de servir al ser humano concreto, se organizan
principalmente para servirse a sí mismas y escapar del control de
las autoridades públicas, que siguen siendo responsables del bien
común, pero carecen de las herramientas necesarias para moderar los
apetitos exagerados de unos pocos”.
Agravantes: el recurso a la fuerza
como un medio más y el fundamentalismo religioso
El Papa advierte dos factores que
agravan los conflictos: por una parte la tendencia creciente a
considerar el recurso a la fuerza no como ultima ratio sino
casi como “un medio entre otros”, disponible para ser
utilizado sin una evaluación exhaustiva de las consecuencias; y
por la otra el fundamentalismo “para justificar la sed de poder, la
explotación del santo nombre de Dios para que progrese por cualquier
medio, el propio proyecto hegemónico”:
“A estas degradaciones y a los
riesgos que representan para la paz en el mundo, se responde mediante
la construcción de una economía y una finanza responsables
frente a la suerte del ser humano y de las comunidades donde
vive. ¡El hombre, y no el dinero, vuelva a ser el fin de la
economía!”
Propuestas y consideraciones:
Para esto el Santo Padre impulsa a
hacer frente a las divergencias “con la paciencia valiente del
diálogo y de la diplomacia, con iniciativas de encuentro
y paz y no con la exhibición de la fuerza y su uso precipitado
y desconsiderado”, y señala la necesidad de aislar a todo aquel
que intenta transformar una pertenencia y una identidad
religiosa en razón para odiar a todos los demás:
“A quien desfigura así la imagen
de Dios hay que oponer un esfuerzo concertado para demostrar que su
Nombre se honra salvando vidas, no matándolas, llevando
reconciliación y paz, no división y guerra, con la misericordia y
la compasión y no con la indiferencia y la brutalidad.
“Si avanzamos con decisión por
este camino- aseguró el Papa - la causa de la paz y de la justicia
dará pasos concretos hacia adelante”.
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)
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