América
Latina, 20 de julio 2016.-
Aunque la tasa de deforestación en 2015
se ha reducido en casi 50% comparada con la registrada en 1990, los
niveles de deforestación siguen siendo altos en América Latina,
particularmente en la región amazónica, debido al crecimiento de la
producción de agronegocios para los mercados internacionales. La
información se desprende del reciente informe sobre el estado de los
bosques del mundo 2016, elaborado por el Fondo de las Naciones Unidad
para la Agricultura y la Alimentación, FAO.
En la
Amazonia en particular, la producción de agronegocios para los
mercados internacionales fue el principal factor de deforestación
posterior a 1990, producto de prácticas como el pastoreo extensivo,
el cultivo de soja y las plantaciones de palma aceitera.
"La
agricultura comercial de la región no puede continuar creciendo a
expensas de los bosques y recursos naturales de la región"
explicó Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la FAO.
Meza -quien
dirige la iniciativa regional de la FAO de uso sostenible de los
recursos naturales- destacó que políticas como la vinculación de
incentivos agrícolas asociados a criterios ambientales, la adopción
de prácticas silvopastoriles, el pago por servicios ambientales y la
recuperación de las pasturas degradadas pueden evitar la ampliación
de la frontera agrícola a costa de los bosques.
"La
seguridad alimentaria puede lograrse mediante la intensificación
agrícola y medidas como la protección social, en lugar de la
expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques",
explicó Meza.
Aunque la
deforestación sigue siendo alta en la región, a 2015 su tasa se ha
reducido en casi 50 por ciento comparada a 1990. Esta reducción
también ha sido significativa en el Amazonas, producto de las
políticas de desarrollo sostenible impulsadas por los países que
comparten la cuenca amazónica.
El referido
informe señala que desde 1990 más de 20 países a nivel global
mejoraron su seguridad alimentaria y mantuvieron o aumentaron su
cobertura forestal, demostrando que no es necesario cortar bosques
para producir más alimentos.
Según el
estudio, en el período 1990-2005, el 71 por ciento de la
deforestación en Argentina, Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay,
Perú y Venezuela se debió al aumento de la demanda de pastos; el 14
por ciento a los cultivos comerciales; y menos del 2 por ciento a la
infraestructura y a la expansión urbana.
La
expansión de los pastos causó la pérdida de al menos un tercio de
los bosques en seis de los países analizados. La excepción fue
Perú, donde el aumento de las tierras de cultivo en pequeña escala
fue el factor dominante de la deforestación, causando el 41 por
ciento.
En
Argentina, la expansión de los pastos fue responsable del 45 por
ciento de la deforestación, mientras que la expansión de las
tierras de cultivo comerciales respondió por más del 43 por ciento.
En Brasil, más del 80 por ciento de la deforestación se asoció a
la conversión de tierras en terrenos de pastoreo.
Vincular las subvenciones agrícolas a las normas ambientales
Vincular las subvenciones agrícolas a las normas ambientales
En varios
países del mundo, las subvenciones agrícolas a gran escala han
fomentado la deforestación ya que aumentan la rentabilidad de la
producción agropecuaria y generan presión por ampliar la frontera
agrícola. Ejemplos de ello en la región son el pastoreo extensivo y
la producción de soja a escala industrial.
Una opción
de política para evitar esto es vincular los incentivos y mecanismos
de fomento público que recibe la agricultura comercial al
cumplimiento de normas ambientales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario