Afirma El superior de los jesuitas
Recientemente el nuevo superior
general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa
Abascal, ha concedido una entrevista al vaticanista suizo Giuseppe
Rusconi para el blog Rossoporpora y el «Giornale del Popolo» de
Lugano, cuya traducción aparece publicada en el blog del
prestigioso Vaticanista Sandro Magister.
Por otro lado, cuando se le preguntó
sobre las palabras de Jesús de que «lo que Dios ha unido, que no lo
separe el hombre» responde que se identifica con las palabras del
Papa Francisco, y por tanto «No se pone en duda, se pone en
discernimiento…».Más adelante insiste en que no se pone en duda
la palabra de Jesús «sino la palabra de Jesús tal como
nosotros la hemos interpretado».
A continuación la reproducción
textual de la entrevista según la traducción al español de Helena
Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.
La entrevista
P. – El cardenal Gerhard L. Müller,
prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, ha dicho a
propósito del matrimonio que las palabras de Jesús son muy claras y
que «ningún poder en el cielo y en la tierra, ni un ángel ni el
Papa, ni un concilio ni una ley de los obispos, tiene la facultad de
modificarlas».
R. – Antes que nada sería
necesario comenzar una buena reflexión sobre lo que verdaderamente
dijo Jesús. En esa época nadie tenía una grabadora para registrar
sus palabras. Lo que se sabe es que las palabras de Jesús hay que
ponerlas en contexto, están expresadas con un lenguaje, en un
ambiente concreto, están dirigidas a alguien determinado.
P. – Pero entonces, si hay que
examinar todas las palabras de Jesús y reconducirlas a su contexto
histórico significa que no tienen un valor absoluto.
R. – En el último siglo han
surgido en la Iglesia muchos estudios que intentan entender
exactamente qué quería decir Jesús... Esto no es relativismo pero
certifica que la palabra es relativa, el Evangelio está escrito por
seres humanos, está aceptado por la Iglesia que, a su vez, está
formada por seres humanos… ¡Por lo tanto, es verdad que nadie
puede cambiar la palabra de Jesús, pero es necesario saber cuál ha
sido [esa palabra]!
P. – Entonces, ¿también es
discutible la afirmación en Mateo 19, 3-6: «Pues lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre»?
R. – Me identifico con lo que dice
el Papa Francisco. No se pone en duda, se pone en discernimiento…
P. – Pero el discernimiento es
valoración, es elección entre distintas opciones. Ya no hay la
obligación de seguir una única interpretación…
R. – No, la obligación existe
siempre, pero de seguir los resultados del discernimiento.
P. – Pero la decisión final se
funda sobre un juicio en relación a distintas hipótesis. Por lo
tanto, toma en consideración también la hipótesis de que la frase
«pues lo que Dios ha unido…» no sea exactamente como aparece. En
resumen, pone en duda la palabra de Jesús.
R. – No la palabra de Jesús, sino
la palabra de Jesús tal como nosotros la hemos interpretado. El
discernimiento no elige entre distintas hipótesis, pero se pone a la
escucha del Espíritu Santo que, como Jesús prometió, nos ayuda a
entender los signos de la presencia de Dios en la historia humana.
P. - Pero, ¿cómo se discierne?
R. – El Papa Francisco discierne
siguiendo a San Ignacio, como toda la Compañía de Jesús: hay que
buscar y encontrar la voluntad de Dios, decía San Ignacio. No es una
búsqueda en broma. El discernimiento lleva a una decisión: no se
debe sólo valorar, sino que hay que decidir.
P. – ¿Y quién debe decidir?
R. – La Iglesia ha confirmado
siempre la prioridad de la conciencia personal.
P. – Por lo tanto, si la
conciencia, después del discernimiento, me dice que puedo hacer la
comunión aunque la norma no lo prevea…
R. – La Iglesia se ha desarrollado
a lo largo de los siglos, no es un pedazo de hormigón. Nació, ha
aprendido, ha cambiado. Por esto se hacen los concilios ecuménicos,
para intentar centrar los desarrollos de la doctrina. Doctrina es una
palabra que no me gusta mucho, lleva consigo la imagen de la dureza
de la piedra. En cambio la realidad humana es mucho más difuminada,
no es nunca blanca o negra, está en un desarrollo continuo.
P. – Me parece entender que para
usted la praxis del discernimiento tiene prioridad sobre la doctrina.
R. – Sí, pero la doctrina forma
parte del discernimiento. Un verdadero discernimiento no puede
prescindir de la doctrina.
P. – Pero puede llegar a
conclusiones distintas a la doctrina.
R. – Esto sí, porque la doctrina
no sustituye al discernimiento, como tampoco al Espíritu Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario