“Las
migraciones no son un peligro sino un desafío para crecer”
Necesario crear desarrollo en los
países de procedencia de los migrantes y evitar los conflictos
FEDERICO CENCIEL
“Las migraciones no son un peligro
sino un desafío para crecer”, así respondió el Papa a la joven
estudiante siria, precisando que la acogida es una obligación hacia
personas que huyen de la guerra, así como ayudarles a integrarse en
las nuevas sociedades en las que llegan.
El Santo Padre recordó que “vengo
de un país, Argentina, donde más del 80 por ciento son inmigrantes.
En mi país existieron tantas oleadas migratorias, es un país
mestizo”. Así lo explicó a quienes temen por pérdida de la
identidad cristiana de Europa, recordando que este continente tuvo
tantas invasiones y que por lo tanto se ha construido artesanalmente,
también a través la integración de las diversas culturas.
Añadió que “cada Estado tiene que
ver las posibilidades de acoger, pero todos tienen que hacerlo”, y
que en un segundo momento es necesario “integrar” a los migrantes
que apenas han llegado. Porque ellos “son hombres y mujeres como
nosotros, y es necesario acogerlos como hermanos y hermanas” y
“hacer un intercambio cultural porque esto vence el miedo”.
Señaló recordando su viaje reciente
a Suecia, que este país “ha recibido a tantos inmigrantes
latinoamericanos y el día después tenían una casa y a
continuación un trabajo…”. Recordó también su encuentro
con una ministra sueca hija de un migrante africano y de una mujer
local.
El Papa además les pidió a los
estudiantes que no se olviden que el Mediterráneo, el “Mare
Nostrum” que hoy es un cementerio de inmigrantes que intentaron
cruzarlo. Por ello, explicó eligió viajar a Lampedusa apenas
elegido pontífice.
Entretanto el Santo Padre reconoció
que es necesario resolver la crisis migratoria en la raíz, porque
los migrantes “huyen de la guerra o del hambre”, por lo tanto “la
solución ideal es que no haya ni guerra ni hambre”. Así invitó a
“realizar inversiones en esos lugares para que tengan recursos”,
para que “la gente no se vea obligada a abandonar la propia
tierra”.
“Nosotros vamos allá para
explotarlos”, lamentó el Pontífice, recordando que el primer
ministro de un país africano que tuvo un encuentro con él le señaló
que apenas elegido tuvo que iniciar la reforestación de su país
porque “empresas internacionales habían deforestado todo”. “No
seamos prepotentes”, concluyó Francisco, porque esta es una de las
causas de la crisis migratoria.
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