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domingo, 21 de abril de 2024

carta No. 233: “Paremos la inercia del mal”

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 233 – 21 de abril 2024
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“Paremos la inercia del mal”

La violencia no es la solución para nuestro mundo fragmentado. Responder con violencia a la violencia lleva, en el mejor de los casos, a la emigración forzada y a un enorme sufrimiento, ya que las grandes cantidades de recursos que se destinan a fines militares son sustraídas de las necesidades cotidianas de los jóvenes, de las familias en dificultad, de los ancianos, de los enfermos, de la gran mayoría de los habitantes del mundo. En el peor de los casos, lleva a la muerte física y espiritual de muchos, si no es de todos. Papa Francisco, 1 enero 2017.

La violencia del narcotráfico y el capital criminal destruyó la paz en el Ecuador. Se sembró la incertidumbre y el miedo en la gente. Una violencia que se asienta en los vínculos de las bandas locales y transnacionales con sectores del poder político, económico y del Estado, como han mostrado los casos Metástasis, Purga, Plaga, impulsados por la Fiscalía, así como también con los casos El Gran Padrino y León de Troya que están silenciados.

Cuando el presidente Daniel Noboa decretó la guerra interna y la intervención de las Fuerzas Armadas, la opinión pública aprobó la medida. Por un momento, la violencia fue contenida sobre la base de una estrategia de persecución a los integrantes de las bandas locales y la intervención en los centros carcelarios, lo que generó que las mafias reordenen su estrategia frente al control de los territorios y mercados. La reducción de las muertes violentas entre el 10 y el 24 de enero de 2024 a raíz de la declaratoria del conflicto armado interno en Ecuador fue del 41%.

Ahora, nuevamente ha regresado la violencia, los asesinatos de alcaldes, los ataques a la policía, los asaltos y extorsiones. Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), cada hora y media asesinan a una persona en Ecuador en este 2024. En total, 1.354 crímenes se han registrado en el primer trimestre de este año.

Era previsible este resultado. Una estrategia unilateral de guerra interna no afecta las raíces del problema. El 90% de los 15 mil jóvenes, supuestamente integrantes de las bandas locales, detenidos en los operativos militares, a menudo con criterios racializados o estereotipos de clase y vestimenta, terminan siendo liberados por la justicia, pues no hay fundamentos jurídicos ni espacios carcelarios. Este tipo de política no afecta a los capos de las bandas locales.

¿Cómo parar y romper la inercia del mal? Desde la sociedad civil y la opinión pública se requiere levantar la exigencia de que el Gobierno, la Asamblea, el poder Judicial, impulsen un Plan integral que reforme profundamente la justicia para superar el círculo vicioso de la impunidad, la transformación de los centros carcelarios, convertidos en campo de coordinación de las acciones delictivas, la regulación del sistema financiero dolarizado por el cual circula el narcolavado, un plan de depuración de las fuerzas del orden, y sobre todo, la reconstrucción de expectativas de vida para los jóvenes cooptados por la cultura y el negocio del narcotráfico.

Corresponde pensar en salidas de fondo para enfrentar no sólo la oferta, la producción y la comercialización de la droga asignadas a nuestros países y que son criminalizadas; sino también la demanda y la acumulación legalizada del capital criminal en los países centrales, sobre todo Estados Unidos, Europa y en los paraísos fiscales. Impulsar estrategias de seguridad para disolver las condiciones del negocio y liquidar las diversas formas de tráfico de estupefacientes, armas, personas y otros negocios relacionados.

Es hora, sobre todo, de regresar la mirada a la reconstitución del tejido social, la comunidad, la solidaridad, como base de una estrategia alternativa. Reconstituir los valores y la ética, para cortar la seducción de la cultura mafiosa del dinero fácil, del consumismo y del hedonismo inmediatista. Cultivar las semillas y las experiencias de defensa de la vida y la paz que desarrollan las mujeres, las organizaciones sociales, indígenas, afros, desde abajo. La construcción del poder de la comunidad autónoma es el antídoto contra la violencia y la base de una estrategia de vida y paz. Debemos trabajar para que los hogares, los vecindarios, las comunidades sean espacios de respeto, de libertad, de encuentro, de compartir los sueños, esperanzas y, en suma, la vida plena • #ComuniquemosEsperanza

domingo, 14 de abril de 2024

carta No. 232: Polarización sin sentido

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 232 – 14 de abril 2024
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Polarización sin sentido

“El diálogo, por su parte, debe ser el alma de la comunidad internacional... Existe el riesgo de una “monadología” y de la fragmentación en clubes que sólo admiten a los Estados considerados ideológicamente afines. Incluso aquellos organismos, hasta ahora eficaces, centrados en el bien común y en cuestiones técnicas, corren el riesgo de paralizarse debido a polarizaciones ideológicas al ser instrumentalizados por algunos Estados…El camino hacia la paz pasa por el diálogo político y social”. (Papa Francisco al Cuerpo Diplomático acreditado en la Santa Sede, 8 de enero 2024).

Ecuador y México establecieron relaciones diplomáticas en 1837, bilateralismo que se ha desarrollado, desde entonces, de manera fraternal y amistosa. En la actualidad comparten un gran problema: el narcotráfico, delito vinculado con el incremento de la violencia y que salpica las estructuras políticas, económicas y sociales de ambos países.

El 17 de diciembre de 2023, Jorge Glas, exvicepresidente del Ecuador, ya con una sentencia judicial ejecutoriada, ingresa a la embajada de México en Quito. Los primeros días de abril de 2024, el presidente Mexicano Andrés López Obrador hace declaraciones polémicas sobre asuntos de política interna de Ecuador, tras lo cual el gobierno del presidente Daniel Noboa declara a la Embajadora Mexicana “persona non grata”, solicitándole abandonar el país. México responde otorgando asilo político a Glas. Ante el supuesto riesgo inminente de fuga de Glas, la policía y las Fuerzas Armadas ecuatorianas irrumpen, sin permiso, en la Embajada Mexicana para detenerlo, contraviniendo el artículo 22 la Convención de Viena de 1961 sobre la inviolabilidad de una misión diplomática. México inmediatamente “rompe relaciones diplomáticas con Ecuador”.

Esto acontecimiento generó reacciones diversas. La mayor parte de las naciones apoyan a México; incluso la OEA y la Unión Europea condenan la invasión a la embajada. Otros países mantienen una posición ambigua y unos pocos respaldan a Ecuador, con matices. Estas reacciones se dan en un escenario político interno que mantiene el binarismo correísmo-anticorreísmo, y a nivel internacional con una realidad que no define si la soberanía nacional es un elemento ordenador de las relaciones internacionales.

No es justificable ante ninguna circunstancia la irrupción en la Embajada mexicana, pero tampoco que dicha embajada se haya convertido en refugio de alguien con sentencia ejecutoriada, requerido por la justicia ecuatoriana, conforme establece la Convención de Caracas de 1954 (art. 3 y 4). Un error no puede ser enmendado por otro error. Hay faltas compartidas por ambos presidentes al tomar acciones unilaterales sin profundizar en el diálogo y que desembocaron en un conflicto diplomático de connotación internacional. México procedió mal al dar asilo a un sentenciado y la acción del Gobierno ecuatoriano fracturó la inviolabilidad de la embajada. Reacciones viscerales que obstruyeron cualquier posibilidad de diálogo para encontrar salidas a un impasse que llevaba varios meses y se hace más complejo resolverlo.

La sensatez y la mesura desaparecieron como camino para encontrar salida al problema ya que, les asistían razones poderosas para sostener su proceder, queriendo ambos imponerse. Ningún gobierno reconoció que podían resolver sus diferencias sin llegar a extremos. Esta crisis ha alcanzado alta notoriedad a nivel nacional e internacional. Procedieron al margen del marco jurídico internacional.

Hay límites éticos en la acción diplomática, cuyas normas y derecho deben propiciar el diálogo y la protección de los más débiles, otorgando asilo a personas que realmente lo necesiten, ya sea por persecución política, étnica, y/o religiosa.

Una sede diplomática no puede ni debe convertirse en refugio de delincuentes sentenciados y tampoco ser invadida por más argumentos que tenga un país para hacerlo. La política internacional debería ser un componente importante del gobierno, para que su actuar no caiga en el vaivén de los intereses coyunturales de uno u otro sector. Se debe actuar racionalmente, asumiendo que una situación de esta índole jamás debió suceder y para ello se requiere que cada institución cumpla con sus competencias de manera responsable para evitar que las ideologías nublen la objetividad y el cumplimiento cabal de la ley.  •  #ComuniquemosEsperanza

 


Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

  

domingo, 7 de abril de 2024

carta No. 231: Migración: ¿Esperanza porfiada?

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 231 – 7 de abril 2024
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Migración: ¿Esperanza porfiada?

“No tengan miedo de mirar a los demás a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios” “…hermanos y hermanas migrantes que representan la carne sufriente de Cristo, cuando se ven forzados a abandonar su tierra, a enfrentarse a los riesgos y a las tribulaciones de un camino duro, al no encontrar otra salida” (Papa Francisco).

El Ecuador está desbaratándose aceleradamente por todas partes debido a la corrupción galopante, la impunidad delirante, la inseguridad y violencia lacerante; la decadencia de la administración de justicia, así como por la ausencia de fuentes de trabajo, el miedo y desesperanza… La incertidumbre es el “pan de cada día”. Estas y otras causas empujan a miles de ecuatorianos a migrar masivamente, a dejar su patria, cultura, pueblo y familia para “aventurarse” a lo desconocido, como alternativa a la realidad que viven en Ecuador.

Muchos ecuatorianos han migrado mentalmente desde hace varios años atrás. Están esperando la oportunidad para migrar y, cuando la tengan, lo harán sin ninguna duda. Se irán porque casi no tienen nada, pasan hambre y lo único que tienen es un corazón lleno de esperanza. Cogerán su historia y se irán a buscar el futuro.

Según el INEC, en los últimos 20 años han migrado alrededor de 2 millones de personas y han retornado 750 mil. Estamos viviendo el segundo éxodo masivo, el primero fue entre 1999 y 2001 después de la crisis bancaria. En 2022, México registró 22.098 eventos de personas ecuatorianas en situación migratoria irregular. En 2023, la cifra se incrementó a 70.790. Un total de 117.487 ecuatorianos fueron “encontrados” en la frontera de Estados Unidos y México entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, según los datos publicados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. En este mismo periodo se deportaron a 24.936 compatriotas por ingresar de forma irregular.

Los connacionales que deciden migrar de manera irregular caen en manos de “coyoteros” a los que pagan entre 15 mil y 20mil dólares para que los lleven a Estados Unidos, sin ninguna garantía ni seguridad, exponiendo sus vidas a muchos peligros y en ocasiones, falleciendo algunos en el intento. En 2023 por el tapón del Darién (Panamá) cruzaron, desafiando graves riesgos 57.250 ecuatorianos, travesía que es un verdadero viacrucis. A los coyoteros solo les importa acumular las ganancias ilícitas del tráfico humano.

“Ni los peligros que suponen el tránsito y los chantajes ilegales, ni las crecientes devoluciones o estancamientos en países donde estos hermanos y hermanas no son deseados, disminuyen la atracción de satisfacer las necesidades de empleo y mejores condiciones de vida o, incluso, de una esperada reunificación familiar” (Papa Francisco).

Según CIS-Gallup, el 43% de los ecuatorianos consideran irse del país. Personas de todas las edades, profesionales, estudiantes, trabajadores, desempleados, empleados… averiguan los medios para salir en búsqueda de mejores días, de seguridad, de estabilidad, de ingresos adecuados, lejos del miedo y de la violencia.

Sin embargo, estos compatriotas que migran con tanto sufrimiento, cuando logran llegar a su destino, no se olvidan de su patria y colaboran con la economía del país, enviando remesas que representan en conjunto más de 5 mil millones de dólares al año, recursos fundamentales no solo para sus familias, sino también para todo el Ecuador. A pesar de este esfuerzo hay políticos que los denigran y no les prestan el apoyo necesario en nuestros consulados y embajadas.

Los diferentes gobiernos nacionales han fracasado en crear condiciones de una vida digna para que todos los ecuatorianos se sientan realizados y sin miedo en el país. La migración masiva solo se detendrá cuando Ecuador cambie radicalmente y garantice la vida plena para todos, especialmente para los más débiles y vulnerables.   #ComuniquemosEsperanza


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domingo, 31 de marzo de 2024

carta No. 230: Desde la muerte a la Resurrección

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 230 – 31 marzo 2024
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Desde la muerte a la Resurrección

La Pascua del Señor nos impulsa a ir hacia adelante, a superar el sentimiento de derrota, a quitar la piedra de los sepulcros en los que a menudo encerramos la esperanza, a mirar el futuro con confianza, porque Cristo resucitó y cambió el rumbo de la historia. “Si recuperas el primer amor, el asombro y la alegría del encuentro con Dios, irás hacia adelante. Recuerda y camina” Papa Francisco, homilía Vigilia Pascual 2023.

Pasamos otra Semana Santa y, entre tantas reflexiones, pensamos en cómo nuestro pueblo, país y mundo están viviendo muchos de los signos de dolor y angustia que recordamos en estos días. Cuántos pueblos salen entusiasmados a vivar a sus “reyes” (líderes) porque supuestamente llegan a salvarles de la pobreza, corrupción, abandono y exclusión en las que viven.

A su vez, cuántas personas buenas personas, comprometidas, generosas se sientan a la mesa en comunidad y comparten el pan con el Maestro, dan lo poco que tienen y lo mucho que son, “lavan los pies” de los excluidos sin hacer distinción de ninguna clase, sin recelo, con humildad, con amor. Nuestra ancestral costumbre de compartir la fanesca en familia y amigos tiene un simbolismo profundo que nos recuerda y acerca al memorial de la Cena del Señor con los discípulos y como preparación a la Pascua.

Cuántos “maestros de la ley” sabelotodo quieren imponer y dominar al pueblo, capaces de armar componendas para levantar testimonios espurios para condenar sin pruebas, para llevar a la muerte a los inocentes en nombre de su dios, liberando a tantos “barrabases” y crucificando a quienes trabajan por la paz, la justicia, el ambiente, los derechos… Estos son maestros “corruptos”, “raza de víboras” y “sepulcros blanqueados”.

Cuántos soldados, que sin conciencia y en obediencia ciega, maltratan a inocentes, martirizan, torturan por orden de los que se lavan las manos, de los que son autoridad porque les sostienen las botas, los uniformes, las armas. Cuántos defienden a los poderosos y obligan a que la gente pobre huya, migre, tenga miedo y sufra un calvario.

Cuántos compañeros y colegas ceden frente a “treinta monedas” y son capaces de “vender” a quienes les enseñaron a compartir, a luchar, a perdonar, a soñar, o que por temor y por salvar su “pellejo” son capaces de negar “tres veces” lo que aprendieron, vivieron y conocieron antes de que “cante el gallo”. Cuántos luchadores que abandonan sus principios, se acomodan al sistema, pierden la fuerza y contemplan como la gente sigue cargando su cruz hasta la cima de la muerte dolorosa y que prefieren huir antes de seguir luchando.

Cuántas mujeres valientes, valiosas, apasionadas, tiernas... acompañan en silencio al que sufre y carga con la cruz a cuestas, secando su rostro, quitando sus espinas, curando sus heridas. Cuántas madres que velan y lloran por sus hijos que mueren crucificados en la droga, la violencia, el egoísmo, el consumismo, la ansiedad, el desempleo, la pobreza integral, que acompañan hasta al pie de la cruz, cuidando la vida de quienes salieron de su vida. Cuántas mujeres presurosas anuncian y denuncian.

En fin, cuántas cruces vivimos estos días, en cuántas cruces de nuestro pueblo sigue muriendo Cristo cada día, que parecería que ya no hay esperanza, ilusión o alternativa. Pero no, todavía hay esperanza porque Cristo crucificado ha resucitado para mostrarnos que la vida vence a la muerte, que lo bueno vence a lo malo, que la luz vence a la oscuridad, que el dolor se transforma en amor, que se pueden hacer nuevas todas las cosas, que hay que ir para adelante, que se puede seguir construyendo un Reino de paz, hermandad, justicia, armonía y verdad. Cristo sigue resucitando “en cada brazo que se alza para defender al pueblo del domino explotador, porque está vivo en el rancho, en la fábrica, en la escuela, en la lucha sin tregua por la liberación”. Felices Pascuas de Resurrección. •  #ComuniquemosEsperanza


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domingo, 24 de marzo de 2024

carta No. 229: Vamos la tierra a salvar!

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 229 – 24 marzo 2024
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Vamos la tierra a salvar!

“…el clima es un bien común, de todos y para todos……es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo y los pobres”. Papa Francisco, encíclica Laudato si.

En Semana Santa conmemoramos la muerte y resurrección de Jesús. Al resucitar venció a la muerte. Sin embargo, muchas acciones del ser humano están crucificando a millones de personas alrededor del mundo y a la propia naturaleza. Ante esta realidad lacerante, no podemos mirar con indiferencia los rostros sufridos y torturados de nuestros hermanos más pobres y necesitados. Ante la pregunta: ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?, Jesús responderá “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí” (Mt. 25,39-40).

El pueblo pobre vive cotidianamente un viacrucis, ya sea por falta de medicinas, de servicios básicos, de educación de calidad, de vías de comunicación. Muchos de ellos son olvidados e invisibilizados por quienes ejercen el poder. Solo les toman en cuenta en tiempo de elecciones. Ahí están olvidados, abandonados. El peso de las cruces diarias, a veces, son extremadamente pesadas que doblegan su espíritu y su capacidad de lucha, al mismo tiempo que hay manifestaciones de solidaridad, fraternidad, valentía que devuelven la esperanza y la capacidad para soñar por un mundo más justo, inclusivo y ecuánime; ahí se manifiesta la resurrección del Señor.

Generalmente, los temas ambientales vinculados con el extractivismo generan conflictos y enfrentamientos entre posiciones adversas y, aparentemente, irreconciliables. Esto rompe cualquier posibilidad de diálogo e impiden llegar a acuerdos mínimos.

Esos enfrentamientos, en determinadas épocas, se exasperan, se vuelven violentos, salen del cauce normal y los efectos inquietan directamente a los grupos implicados. Las zonas en conflicto se militarizan y, con la lucha social, viene la criminalización de los dirigentes, pobladores y organizaciones comunales que defienden su tierra y su forma de vida, basada en el respeto a la madre-naturaleza. La paradoja: los campesinos convertidos en invasores de sus propias tierras.

Dejar el modelo extractivista es el desafío, para ello, pueblo y Gobierno deben trabajar en modelos de desarrollo integrales e inyectar recursos económicos que generen alternativas para los más pobres y vulnerables, así como para que tengan la posibilidad de vivir en un ambiente sano, que les permita conservar y fomentar sus costumbres y conocimientos ancestrales, mejorar sus condiciones de vida, contar con servicios básicos, salud y educación de calidad.

¿Es posible tener un diálogo abierto que genere desarrollo, que evite los conflictos, y divida las comunidades, que permita buscar y encontrar salidas sin violencia? ¿Hay posibilidades de tender puentes en vez de acrecentar abismos? Si hay leyes que protegen el ambiente y hay sentencias judiciales que deben cumplirse a rajatabla, sin aspavientos, ninguna institución estatal ni persona está por encima de la ley y la Constitución.

“Se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes sea reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable” (Laudato Si). En esa tarea debemos empeñarnos todos, pues esta es la “única casa que tenemos”, empecemos ahora mismo, mañana puede ser muy tarde “a cuidar, a cuidar, nuestra casa común”.·  #ComuniquemosEsperanza

 


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