Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 314
–9 noviembre de 2025
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La unidad es superior al conflicto
“El desprecio de los débiles puede esconderse
en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en
formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos. En
ambos casos se advierte la dificultad para pensar un mundo abierto que tenga
lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas
culturas” Fratelli Tutti 155.
La Constitución es la ley más importante de un país, porque
norma los derechos fundamentales, define los principios que rigen a la sociedad
y determina la naturaleza y funciones del Estado. Si anhelamos un Estado
democrático y participativo, respetuoso de la pluralidad de opiniones y
culturas, y en armonía con la naturaleza, la igualdad, los derechos civiles y
sociales, y los derechos de la naturaleza deben constar en la Constitución. Su
eliminación significaría un retroceso histórico.
La Constitución vigente ha sido considerada un ejemplo
mundial por su reconocimiento a los derechos humanos y de la naturaleza, así
como por sus normas orientadas a conducir al Estado hacia políticas sociales
que promueven la educación, la salud y la satisfacción de las necesidades
humanas básicas. No obstante, ha sido criticada por concentrar demasiado poder
en el Ejecutivo y por crear instituciones que no han cumplido su función; estos
errores deben corregirse mediante los mecanismos constitucionales existentes,
sin necesidad de reemplazarla. Mientras la mayoría de democracias del mundo ha
tenido una sola Constitución, en Ecuador hemos tenido veinte, sin que ninguna
haya perdurado ni que las siguientes hayan superado las carencias de las
anteriores. Nuestras constituciones han sido frágiles, coyunturales y, con
frecuencia, hechas a la medida del poder de turno.
Entonces, ¿por qué el Presidente busca una nueva Constitución
en lugar de mejorar la actual? Argumenta, sin fundamento, que la Carta vigente
no le permite combatir el narcotráfico y los GDO, y que por ello necesita otro
marco constitucional. Desde su posesión, hace dos años, Noboa ha enfrentado una
violencia sin precedentes vinculada al narcotráfico. En enero de 2024 declaró
el “estado de guerra interna” para combatir la delincuencia organizada. Este
año ha decretado repetidos estados de excepción y promulgado varias leyes de
emergencia. La Corte Constitucional declaró inconstitucionales algunas de ellas
y revocó parcialmente otras, argumentando, entre otros motivos, restricciones
injustificadas a derechos humanos. Previamente, organizaciones de derechos humanos
habían solicitado su intervención. La Marcha de Cuenca por el Agua y la Vida, y
el Paro Nacional convocado por la CONAIE, también cuestionaron el proyecto
presidencial.
Ante este conflicto social y jurídico, el Presidente decidió
convocar a una consulta popular el 16 de noviembre, para que el país apruebe o
rechace la elaboración de una nueva Constitución, de la cual ha dicho muy poco.
Se sabe que tendría 180 artículos, que el IESS dejaría de prestar servicios de
salud para convertirse únicamente en una caja de pensiones y que, según la
Ministra de Trabajo, se eliminarían el décimo tercer y décimo cuarto sueldo. Al
parecer, también busca suprimir ciertas garantías de derechos humanos que,
según él, han obstaculizado su gestión frente al conflicto interno.
La gran pregunta es si el país se encamina hacia un modelo
autoritario que desconozca los derechos civiles y sociales. Está en juego la
defensa de la democracia, la separación de poderes y los derechos individuales,
colectivos y de la naturaleza, frente al riesgo de concentrar el poder y
debilitar las libertades fundamentales.
La superación de la pobreza, la inequidad y la creciente
violencia en Ecuador no se logrará creando condiciones que desconozcan los
derechos humanos y de la naturaleza. Por el contrario, como lo ha señalado el
papa Francisco, solo mediante el diálogo y el respeto mutuo podemos promover la
justicia, único camino hacia una paz duradera.
“La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad
personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el
horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna.
(…) Un principio indispensable para construir la amistad social: la unidad es
superior al conflicto.” (Fratelli Tutti, 55) #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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