Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 168– 22 de enero 2023
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Elecciones:
entre la crisis y el desencanto
“…ninguno de nosotros puede decir: pero yo no tengo que ver, son
ellos quienes gobiernan. No; yo soy
responsable de su gobierno y debo hacer lo mejor de mi parte para que ellos
gobiernen bien, participando en la política como puedo. La política, dice la doctrina social de la
Iglesia, es una de las formas más altas de la caridad, porque es servir al bien
común. Y yo no puedo lavarme las manos:
cada uno de nosotros debe hacer algo.
Pero ya tenemos la costumbre de pensar que de los gobernantes se debe
sólo parlotear, hablar mal de ellos y de las cosas que no van bien» (Papa Francisco, septiembre 2013).
El
próximo domingo 5 de febrero los ecuatorianos elegiremos nuevos alcaldes,
prefectos, concejales y vocales de juntas parroquiales. En total elegiremos 5667 nuevas dignidades de
entre 63518 candidatos. Ante el alto número de candidaturas, la ausencia de
partidos políticos serios y representativos, y los graves problemas que
enfrentamos en nuestras ciudades y provincias, la mayor parte de los electores
oscilan entre la incredulidad, la indiferencia y el desencanto.
Los
debates evidenciaron desconocimiento, improvisación y frases demagógicas en la
mayoría de los candidatos. Los partidos políticos convertidos ahora en agencias
de gestión de candidaturas han degenerado ante la incompetencia y la corrupción… tanto que se han mencionado vínculos de
varios candidatos con el narcotráfico.
Ante
esta profunda crisis de la democracia, lejos de caer en el escepticismo, es
nuestro deber ético contribuir para seleccionar los candidatos que, en
nuestro criterio, permitan superar la crisis social, política y moral que afecta
al país.
¿Cómo
escoger los candidatos más adecuados en medio de una multitud de personajes desconocidos?
¿Cómo diferenciar entre mensajes
demagógicos, noticias falsas, promesas irreales y programas serios?... Para enfrentar esta difícil tarea, aquí algunas
de las necesidades más acuciantes de nuestras ciudades y provincias:
• Las
carencias sociales siguen siendo agudas, según INEC, el 23% de la población
urbana y el 51% de la rural no tiene acceso a agua segura, particularmente en
la Costa y la Amazonía. Aunque la cobertura del alcantarillado ha mejorado,
ninguna ciudad (excepto Cuenca), tiene un sistema de tratamiento de aguas
servidas.
• La
calidad del aire en las principales ciudades no cumple con los límites
permitidos por la Organización Mundial de Salud: las emisiones de diésel de los
buses, aumenta los riesgos de enfermedades respiratorias y cáncer.
• La
movilidad urbana sigue siendo denigrante, contaminante y de mala calidad. Los
esfuerzos para mejorarla, como el Metro en Quito, es una clara
demostración de la incompetencia municipal. El proyecto, con una deuda de más
de 2 mil millones de dólares, lleva ya 10 años en construcción y aún no entra
en funcionamiento.
• Igualmente
es deplorable la gestión de la basura, en la mayoría de ciudades, con porcentajes
mínimos de reciclajes y botaderos de basura antitécnicos.
• La
débil gestión urbana aumenta los peligros ambientales, agudizados por el cambio
climático… el aluvión de La Gasca (Quito, enero 2022), dejó 27 muertos. Las
grandes inmobiliarias frecuentemente burlan la planificación y las ciudades
crecen caóticamente, con pocos espacios verdes y con serias carencias de
infraestructura.
• El
reciente crecimiento de la violencia, sobre todo en la Costa, es
alarmante. Guayaquil se ha convertido en
una de las 50 ciudades con mayores tasas de homicidios en el mundo -entre 4 y 7
asesinatos diarios-. Las cifras para
Esmeraldas y otras ciudades de la Costa son igualmente graves.
• Los
gobiernos provinciales han dejado de lado sus responsabilidades en la
conservación de la biodiversidad y el ambiente, permitiendo la expansión de la
deforestación y actividades mineras, con serio deterioro ambiental.
Votemos por candidatos que
ofrezcan soluciones reales a los problemas mencionados y que se aparten de
discursos demagógicos y vacíos.El destino de muestras ciudades y provincias
está amenazado por una democracia débil y engañosa, y ante este panorama
obscuro de crisis y desencanto, nuestra responsabilidad, como ciudadanos
consientes, es determinante para salir de la crisis en la que estamos
sumergidos. · #ComuniquemosEsperanza
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