Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 165– 1 de enero 2023
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Invertir en la Paz y la
Justicia
“…En
la fraternidad y la solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la
justicia y superar los acontecimientos más dolorosos. De hecho, las respuestas más eficaces a la
pandemia han sido aquellas en las que grupos sociales, instituciones públicas y
privadas y organizaciones internacionales se unieron para hacer frente al
desafío, dejando de lado intereses particulares. Sólo la paz que nace del amor fraterno y
desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y
mundiales”. Papa Francisco, 56
Jornada Mundial de la Paz, 2023.
Queramos
reconocerlo o no, la pandemia de la covid-19 marcó el rumbo de la
humanidad. Por un lado, nos demostró lo
frágiles y vulnerables que somos y, por otro, puso en el escenario la necesidad
de caminar juntos para enfrentar esta adversidad que puso en dificultades a la
población mundial.
En
solitario sucumbimos por más esfuerzos para vencer las dificultades. Lo hemos
visto en la angustia de quienes han sufrido la pérdida de seres queridos, el
sentimiento de derrota y amargura de tantos que perdieron sus empleos o medios
de vida… todos lo sufrimos de una u otra forma por más que queramos pasar la
página, olvidar o aparentar bienestar y felicidad en estas fechas navideñas.
Es
en comunidad y en unión global que podemos salir adelante juntando
nuestras fortalezas económicas, científicas, médicas, tecnológicas, sociales,
culturales, ambientales, educativas… Durante
lo más fuerte de la pandemia, se demostró que la única vía es la solidaridad,
la justicia, la equidad, la inclusión, el respeto y el cuidado del ambiente, la
honestidad, la eliminación de la corrupción, la educación de calidad, la salud
para todos y desde luego la vigencia plena de la justicia.
Sin
embargo, pese a ese potente mensaje que dio el covid-19 no nos hizo
cambiar, la humanidad y los llamados líderes mundiales siguen mirando hacia
otro lado, a sus intereses, de ahí que sin ningún recelo generan guerras sin
sentido, alejan a la paz como estilo de vida, promueven la iniquidad y siguen
produciendo pobreza y miseria sin recelo, manipulan la justicia a nivel
nacional y mundial, desheredan a los más vulnerables de cualquier derecho
fundamental, evaden todas sus responsabilidades.
Pero,
no todo está perdido, juntos podemos demostrar que “otro mundo es posible”, en
la fraternidad y solidaridad podemos construir la paz, garantizar la justicia,
eliminar las inequidades y superar los diversos y desafiantes acontecimientos
dolorosos que carcomen nuestra cotidianidad y nos desangran. Todos conocemos estas realidades y las
grandes mayorías las sienten y viven. El desafío es dejar la queja para
encontrar y proponer caminos que nos permitan superar estas situaciones que
como humanidad no podemos aceptar ni permitir.
La
comunidad es el medio donde sentimos que los lazos que nos unen se tejen en la
solidaridad y fraternidad con los hermanos y hermanas y en la unión con Jesús
-ahora niño en Belén-, que es el camino, la verdad y la vida (Juan 14,6).
“Así pues, estamos llamados a
afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión. Debemos retomar la cuestión de garantizar la
sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los
conflictos y guerras que siguen generando víctimas y pobreza; cuidar de forma
conjunta nuestra casa común y aplicar medidas claras y eficaces para hacer
frente al cambio climático; luchar contra el virus de la desigualdad y
garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos, apoyando a quienes ni
siquiera tienen un salario mínimo y atraviesan grandes dificultades. El
escándalo de los pueblos hambrientos nos duele. Hemos de desarrollar, con
políticas adecuadas, la acogida y la integración, especialmente de los
migrantes y de los que viven como descartados en nuestras sociedades. Sólo
invirtiendo en estas situaciones, con un deseo altruista inspirado por el amor
infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y ayudar a
edificar el Reino de Dios, que es un Reino de amor, de justicia y de paz.”, es
la invitación del Papa Francisco en su Mensaje para la Celebración de la 56 Jornada Mundial de
la Paz. · #ComuniquemosEsperanza
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