Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 267– 15 de diciembre 2024
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“La Amazonía es tierra disputada desde varios frentes: por una parte,
el neoextractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que
dirigen su avidez por el petróleo, gas, madera, oro, monocultivos
agroindustriales…Hemos de romper el paradigma histórico que considera a la
Amazonía una despensa inagotable de los estados sin tener en cuenta a sus
habitantes”. (Papa Francisco, 2019).
Archidona, cantón de la provincia del Napo en la Amazonia
ecuatoriana, es un pueblo que cuenta con un inmenso valor cultural,
biodiversidad y turismo. Tiene una población: 7.353 (2022), con comunidades
Kichwa, Quijos, Shuar y Woarani. La oposición a esta megacárcel de máxima
seguridad refleja una compleja interacción entre preocupaciones sobre la
seguridad, el medio ambiente, la economía local y la falta de participación de
la comunidad en decisiones de gran impacto. Es muy importante considerar las
necesidades y los derechos de las comunidades locales en los proyectos de
infraestructura, especialmente cuando se trata de áreas ecológicamente
sensibles y con un alto valor cultural, ambiental y social.
La cárcel de máxima seguridad implicaría una destrucción de
los saberes ancestrales y del cuidado a la naturaleza. En este territorio hay sitios de importancia
cultural como las cuevas de Jumandi, los petroglifos precolombinos, riqueza
paleontológica e histórica profunda. El pueblo de Archidona tiene serias
preocupaciones y cuestionamientos sobre la construcción de esta megacárcel.
Desde hace varios días los habitantes de Napo se mantienen en pie de lucha en
contra de esta decisión.
El gobierno quiere construir esta megacárcel cerca de cuatro
planteles educativos en donde estudian 5.111 jóvenes, la mayoría kichwas. Desde
el poder decidieron su construcción en Archidona, nunca existió consulta libre,
previa e informada al pueblo de Napo y amazónico, ni tuvieron la oportunidad de
conocer el proyecto para tomar una decisión conjunta.
Esta megacárcel generará más pobreza y problemas. Atraerá a
delincuentes de alta peligrosidad, habrá despojo, mayor inseguridad, incremento
de vacunadores, extorsionadores, reclutamiento de jóvenes kichwas y amazónicos,
lo que implicará la ruptura del tejido social. En Napo existe una fuerte
minería ilegal ligada a los GDO y corrupción de ciertas autoridades El
incremento de estos grupos provocará violencia, serán afectados todos los
sectores productivos, pueblos y nacionalidades.
Construir una cárcel de este tipo, implicará posiblemente, el
control territorial de estos grupos, no solo de Archidona sino en otras
provincias amazónicas donde actualmente no existen presencia de grupos de
delincuencia organizada GDOs. El pueblo de Napo, las mujeres y sus
organizaciones quieren una mejor atención en salud, educación, vialidad y no
una cárcel de máxima seguridad.
El pueblo de Napo sigue en resistencia. El paro de Archidona
que se opone a la construcción de esa megacárcel refleja las tensiones entre el
desarrollo infraestructural, la seguridad pública y la protección del medio
ambiente. Las protestas muestran la importancia de consultar a las comunidades
locales y de evaluar alternativas viables que no comprometan el entorno natural
ni las dinámicas sociales de las regiones afectadas. Aunque el gobierno sigue
insistiendo en la necesidad de mejorar la infraestructura penitenciaria, la
oposición de Archidona y otras comunidades de Napo demuestran que los proyectos
de este tipo deben ser más inclusivos y respetuosos con las realidades locales.
Pero más allá de este hecho y esta resistencia también es el
momento de que analicemos si la única o principal respuesta para tratar a los
delincuentes apresados, consiste en crear cárceles de máxima seguridad para los
más peligrosos. En la actualidad los reclusorios se han transformado en
auténticas “universidades del crimen”. La crisis de delincuencia que padecemos
no debe tener solamente medidas punitivas cada vez más graves sino atacar las
causas de fondo que la provocan; por lo que urge plantear un nuevo modelo.
No olvidemos que los delincuentes, por graves que hayan sido
sus crímenes, tienen la posibilidad de redimirse (Papa Francisco) y que
el Señor el día del juicio nos preguntará: “Estuve en la cárcel y me fueron a
ver” (Mateo, 35,36). • #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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