Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 163– 17 de diciembre 2022
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Pesebre
con rumbo incierto…
“Y si de verdad queremos
celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el
asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, que no nace
en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo. Y para
encontrarse con Él hay que llegar allí, donde Él está; hay que rebajarse, hay
que hacerse pequeño, dejar atrás toda vanidad, para llegar donde Él está.”
Papa Francisco, diciembre 2022.
El pesebre, la representación del
Nacimiento de Jesús, lo inició San Francisco de Asís en la Navidad de 1223, en
el pueblo de Greccio, al centro de lo que hoy es Italia. Esta primera representación del Nacimiento fue
en una cueva donde colocó una pesebrera llena de heno y alrededor también acomodó
un asno y un buey.
En Latinoamérica,
desde el siglo XVIII, los días previos a la Natividad, se desarrolla una Novena
en honor al niño Jesús, tradición arraigada especialmente en Ecuador, Colombia
y parte de Venezuela. Un encuentro
fraterno de familiares y amigos para compartir la fe, reflexionar sobre la
venida del Salvador, cantar villancicos y luego compartir un ágape fraterno.
En el mundo
cristiano, desde varias semanas antes del 25 de diciembre, la gente vive con
mucho entusiasmo, alegría y jolgorio... las casas se ponen en “modo Navidad”. Están pendientes de la Novena. Se preocupan y ocupan en preparar la cena de
la fiesta. En escuelas y colegios se
realizan varios actos dedicados a la celebración de la Nochebuena. Algunas instituciones y familias se organizan
para visitar lugares olvidados y alejados para “hacer Navidad”. En varios pueblos y ciudades se organiza “el
pase del del Niño”. En fin, el ajetreo
es generalizado.
Pero, esta fiesta
ha tenido una especie de metamorfosis, en la que de alguna manera se ha
cambiado la esencia navideña... quizá hoy tenemos una Navidad vacía del Niño
Jesús, pues, paulatinamente, gracias al consumismo, al marketing, se ha
reemplazando el Pesebre, por el árbol de Navidad, al niño Jesús por Santa
Claus, a los Reyes Magos por los centros comerciales, a los pastores por cenas
y shows artísticos, a los ofrendas de los Reyes Magos por fundas de caramelos,
regalos diversos por farras de todo calado, fiestas subidas de tono y
borracheras de diferente grado.
En estas fechas el
consumismo se manifiesta en su máxima expresión: luces de colores, árboles varios,
vistosos arreglos navideños, música diversa y personajes conocidos aparecen por
doquier, en todos los medios y redes, con las mejores ofertas y mayores
créditos… el bombardeo induce al endeudarnos al por mayor y menor, y los
marketeros (profesionales en la promoción publicitaria), hacer creer que la
“felicidad” está en comprar lo que es y lo que no es. Caemos y nos endeudamos
con demasiada facilidad sin pensar en que luego, debemos cancelar. El mucho o
poco dinero que tengamos, lo dilapidamos sin pensar dos veces. Lo importante es gastar a como dé lugar para
estar bien provistos para el “destape” en la Nochebuena.
Afortunadamente, en
estos días el mundo cristiano chorrea solidaridad y sin querer pensamos en los
demás. Sale a flote la gratitud, el
agradecimiento, la amistad, el reconocimiento y nos invade el “espíritu
navideño”, sin embargo, la realidad está ahí, taladrando la conciencia
nacional, sin rumbo común, esperando cambio y reivindicaciones, especialmente
para los más pobres y vulnerables: los desempleados quieren trabajo, los niños
con desnutrición crónica reclaman atención urgente, los pacientes demandan
medicinas para tratar sus enfermedades, los chicos requieren educación de
calidad, los jóvenes piden acceder a la universidad o un empleo digno, la
ciudadanía reclama seguridad, extirpar la corrupción, desterrar la impunidad…
Un gran regalo para esta Navidad sería que todos y cada uno,
trabajemos mancomunadamente por la honestidad, la transparencia, la administración
eficiente de los fondos y bienes públicos, por solucionar todas las falencias
que aquejan al tejido social y que impiden que las grandes mayorías tengan una
vida digna, equitativa y solidaria. Al
fin y al cabo, ya casi es NAVIDAD. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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