Con los ojos fijos en
Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 64 – 24 de enero 2021
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La Vacuna: Una luz de
esperanza
“Necesitamos interrogarnos más profundamente
sobre el destino final de la vida, capaz de restaurar dignidad y significado al
misterio de sus afectos más profundos y sagrados. La vida del hombre, hermosa de maravillar y
frágil de morir, va más allá de sí misma: somos infinitamente más de lo que
podemos hacer por nosotros mismos.” (Papa
Francisco, audiencia con la Pontificia Academia para la Vida, 2018).
Hay comportamientos humanos despreciables. Como si nos creyéramos superiores, eternos, indispensables, permanentes y además con actitudes prepotentes de abuso de nuestra casa común, provocando deterioros y daños irreparables.
Con el covid 19, la soberbia humana ha
sufrido un sacudón gigantesco e inimaginable.
Nos hemos dado cuenta de lo frágiles que somos y que ninguna fortuna, propiedad
ni seguro médico o de vida, nos puede librar del miedo a contagiarnos. De pronto nos encontramos en medio de una
pandemia, cara a cara con la muerte. El
indispensable confinamiento paralizó al mundo, suspendiendo numerosas
actividades presenciales. Nos
encontramos frágiles, indefensos, llenos de temores, presa de incertidumbre, en
un tiempo de oscuridad y zozobra.
Los científicos empezaron a trabajar contra reloj
para encontrar una vacuna. Varios
laboratorios se empeñaron con todos sus recursos en esta labor: la
investigación, la prueba–error, los procedimientos, los experimentos, los
voluntarios, las fases…
Los resultados positivos de la vacuna para el covid-19
fueron noticia de primera plana en los medios y redes del mundo, sin duda, una
esperanza para enfrentar a la pandemia. Los ojos de todo el planeta se enfocaron en los laboratorios, las
organizaciones y negociaciones de los gobiernos, para su fabricación y
distribución.
Las vacunas han encendido "luces de
esperanza" en este tiempo de penumbra y escepticismo, pero para que estas
luces lleven esperanza al mundo entero, tienen que estar a disposición de
todos, ninguna persona puede ni debe ser excluida de su administración. Es una obligación ética y moral, que en
palabras del Papa Francisco entenderíamos que “la ética es la medida universal
del auténtico bien humano” (2019).
Y en la noche de la Navidad (2020), Francisco señaló,
que "la ley del amor y de la salud de la humanidad" está por encima
de "las leyes de mercado y las patentes" por lo que todos los
estados, los organismos internacionales y las empresas deben "proponer la
cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos". Así, el reto actual, inminente, impostergable
es lograr "vacunas para todos.
Especialmente para los más vulnerables y más necesitados del
planeta" sentenció.
Ni siquiera se debe considerar la posibilidad de no
vacunarnos. Todos, sin excepción,
debemos hacerlo. La vacuna es una
alternativa encaminada a protegernos y a proteger al prójimo, de un posible
contagio, “es una elección ética porque estamos jugando con nuestra salud y con
nuestra vida, pero también estamos jugando con la salud y la vida de los demás”
(cfr. Cardenal O Malley, 2021).
Debemos vencer al miedo a vacunarnos, recelo causado por opiniones
contrarias, algunas con intencionalidades no claras y por falsas noticias que van
y vienen en las redes sociales. Tengamos
presente que el amor aleja el miedo. Vacunarnos es un acto de respeto, amor y solidaridad consigo mismo, con el
prójimo y con toda la humanidad. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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