Con los ojos fijos en
Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 61 – 3 de enero 2021
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La
Esperanza responsable construye sueños
“Donde quiera que estés, ¡construye! Si estás en el suelo, ¡levántate! Nunca te quedes caído, levántate, deja que te
ayuden a levantarte. Si estás sentado,
¡ponte en camino! Si el aburrimiento te
paraliza, ¡ahuyéntalo con buenas obras!
Si te sientes vacío o desmoralizado, pide que el Espíritu Santo llene de
nuevo tu nada”. (Papa Francisco, «educar a la esperanza»
2017).
Las esperanzas para el 2021: La pandemia ha comenzado
a decaer; las vacunas han resultado efectivas; las familias se han
reencontrado; las escuelas, colegios y universidades vuelven a abrirse; la
corrupción y la impunidad están desapareciendo; la crisis económica está
cediendo; las iglesias reciben más feligreses…
En Navidad y Año Nuevo enviamos y recibimos muchos saludos y parabienes colmados de buenos deseos que calibran positivamente nuestra vida y permiten visualizar el futuro con ese sueño y esa esperanza... “Soñar no cuesta nada” dice el refrán, pero ¡qué bueno es soñar y tener esperanza en un año y un mundo mejor!
La esperanza demanda de nuestra acción:
sembrarla, cuidarla, abonarla, cosecharla, compartirla, difundirla… hacer de
ella parte sustancial de nuestro quehacer diario, lo que implica realizar las
actividades con ‘alegría y sencillez de corazón’, buscando el bien del próximo
y del prójimo, desterrando egoísmos, vanidades, pedanterías o prepotencias.
La esperanza se materializa en amor vivido y
proyectado al hermano, especialmente al más pobre y vulnerable. Nos moviliza a luchar para cambiar la injusticia
en justicia, la guerra en paz, la pobreza en bienestar, el desempleo en empleo,
la soledad en compañía, la ausencia en presencia, el egoísmo en solidaridad…
Esta virtud siembra nuestra vida de
abundantes sueños y para alcanzarlos debemos trabajar en comunidad y animarnos
mutuamente para fortalecernos. Debemos
mantener viva la ilusión, pues sin sueños realizados, chicos o grandes,
simplemente la esperanza sería estéril, un simple deseo que se queda en la
imaginación o en palabras bonitas. La
esperanza transforma y proyecta una ‘vida plena para todos’.
El Papa Francisco nos propone “sobre todo,
¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero
que ciertamente vendrá. La esperanza nos
lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende hasta su
cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Los hombres capaces de imaginar han regalado
a la humanidad descubrimientos científicos y tecnológicos. Han surcado los océanos, y pisado tierras que
nadie había pisado nunca. Los hombres
que han cultivado esperanzas son también los que han vencido la esclavitud, y
han traído mejores condiciones de vida a esta tierra.”
El 2020 fue un año muy duro. Muchos sucumbieron en el intento de resistir
y superarlo, otros fueron presa de la pandemia con efectos letales, millones
perdieron el trabajo, varios cayeron en las garras de la corrupción. Pero pese a tanto dolor y angustia, estamos
listos y atentos para responder a los múltiples desafíos que se presenten a lo
largo del 2021. Algunos sienten
desfallecer, pero a la mayoría la esperanza nos sostiene para de nuevo empezar,
para luchar y alcanzar los sueños, conservar la salud y con responsabilidad
enfrentar la cotidianidad.
Sí, es cierto, ‘soñar no cuesta nada’, pero
es necesario convertir al sueño en realidad y por ello Justicia y Paz espera
que, si nuestra esperanza es cabal, con seguridad hará que nuestros sueños los
hagamos realidad. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos
en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.
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