ROBERTO
O´FARRILL
La noticia del 6 de agosto de este
año 2016 informando que la administración del presidente de EEUU,
Barack Obama, financiará experimentos de híbridos de seres humanos
y animales, además de aberrante nos recuerda el texto del Evangelio:
“Como sucedió en los días de Noé, así será también en los
días del Hijo del hombre” (Lc 17,26).
¿Quiénes fueron los nephilim?
De su existencia como raza de gigantes que vivió antes y después
del Diluvio dan cuenta varios textos sagrados: “Hemos visto también
gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes” (Num. 13,33);
“Su lecho es el lecho de hierro que se haya en Rabá de los
amonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho”
(Deuteronomio 3,11); “¿Acaso no mató de joven al gigante, y quitó
el oprobio del pueblo, lanzando la piedra con la honda y abatiendo la
arrogancia de Goliat?” (Eclesiástico 47,4); “Allí nacieron los
famosos gigantes de antaño, de gran estatura y diestros en la
guerra. Pero no los eligió Dios ni les enseñó el camino de la
ciencia; y perecieron por no tener prudencia, por su locura
perecieron” (Baruc 3,26-28); “Ya en los comienzos, cuando los
soberbios gigantes perecían, la esperanza del mundo se refugió en
una balsa que, piloteada por tu mano, legó al mundo una semilla de
vida” (Sabiduría 14,6). Además de la Escritura sagrada, la
Tradición también refiere la existencia de gigantes, como lo hace
san Agustín: “No hay inconveniente en admitir que nacieran
gigantes” (La ciudad de Dios Libro XV Cap. XXIII). Agrega que
“No hay duda que antes del Diluvio hubo muchos gigantes, y que
éstos fueron ciudadanos de la sociedad terrena de los hombres” y
añade: “No porque fueran todos gigantes, sino porque hubo muchos
más entonces y en los tiempos que sucedieron después del Diluvio;
los cuales quiso crear Dios para manifestar su omnipotencia”.
La mención de los nephilim en
el capítulo seis del Génesis simplemente es una referencia del
tiempo en el que la humanidad cometió el más grave atentado contra
sí misma. Para evitar el desastre, Dios envió un Diluvio que
exterminara a los seres nacidos de la mezcla entre los “Hijos de
Dios” y las “Hijas de los Hombres”, al mestizaje que obraba
puro mal por carecer del espíritu de Dios.
¿Quiénes fueron los mestizos? El
Génesis también advierte sobre el peligro que Dios vio venir con el
surgimiento de este mestizaje: “Cuidado, no alargue su mano y tome
también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre-.
Así que lo echó Yahvé Dios del jardín de Edén” (Gn 3, 22-23).
Aquellos mestizos, pues, no fueron seres venidos al mundo por el plan
creacional divino sino por la mano humana. Los “Hijos de Dios”
somos la humanidad rescatada del Diluvio, pero las “Hijas de los
Hombres” habrían sido mujeres elaboradas que engendraron
seres sin alma que solamente obraban el mal.
¿Estaremos ahora ante la repetición
del atentado que quiso perpetrar la humanidad antediluviana comiendo
del Árbol de la Vida en los tiempos de Noé, igual que hoy sucede
-como ya sabemos- en Estados Unidos…?
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