Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 155– 23 de octubre 2022
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El diálogo supera lo que
nos divide
“El
camino hacia la paz no implica homogeneizar la sociedad, pero sí nos permite
trabajar juntos. Puede unir a muchos en
pos de búsquedas comunes donde todos ganan.
Frente a un determinado objetivo común, se podrán aportar diferentes
propuestas técnicas, distintas experiencias, y trabajar por el bien común. Es necesario tratar de identificar bien los
problemas que atraviesa una sociedad para aceptar que existen diferentes
maneras de mirar las dificultades y de resolverlas” Papa
Francisco, 2020, Fratelli Tutti,
228.
En las
negociaciones entre las organizaciones indígenas y el gobierno se encontraron
culturas diferentes, con situaciones socioeconómicas abismalmente contrarias,
en donde la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), por pedido directo de las
partes, actuó como mediadora de esta histórica gesta basada en el diálogo,
en donde se reconoció que se puede rescatar lo esencial, superando los
prejuicios generados por las movilizaciones de octubre de 2019 y junio de 2022,
que exigen atención a la situación de abandono en que viven los pueblos
indígenas y marginales urbanos.
La mediación de la
CEE en todo el proceso fue vital para que se desarrollen las negociaciones de
manera eficaz. No solo proporcionó el
espacio físico, sino que su respaldo ético y moral permitió que sea abierto,
frontal, sincero, honesto, transparente, sin aspavientos ni cálculos
politiqueros ni protagonismos fatuos.
También jugaron un
papel preponderante las universidades: Católica, Salesiana y Central al poner
al servicio de este diálogo a sus mejores docentes, que con conocimiento y
sabiduría encaminaron metodológicamente las diferentes mesas de trabajo,
facilitando todo el proceso en medio de la pluralidad de visiones y la
complejidad que implicaba encontrar acuerdos.
Un “Diálogo con
resultados” fue el desafío planteado y que había que conseguirlo en 90
días. Desde luego que hubo fricciones y
desencuentros, por decir lo menos, a veces parecía que se estancaban y se veía
muy complicado encontrar acuerdos como en el caso de los subsidios a los
combustibles. Sin embargo, pese a que, en ciertos momentos, se agotaban todos
los esfuerzos para proseguir, la voluntad y la decisión política de las partes
para encontrar los puentes que permitan unir las visiones opuestas, permitieron
zanjar muchos obstáculos y llegar a acuerdos y a desacuerdos.
Este diálogo se
convirtió en una escuela de aprendizaje, no solo para las partes involucradas,
sino para todos los ecuatorianos, por este medio, se puede construir país, se
vencen intereses personales o partidistas, se antepone el bien común, es así
que se pueden conocer y reconocer las posibilidades y limitaciones que tienen
los sectores populares y el gobierno, además ha permitido adentrarse en
realidades que eran desconocidas e ignoradas por los sectores en ‘conflicto’.
Al parecer de
algunos, los resultados de este diálogo: los acuerdos y desacuerdos conseguidos
benefician solo a los indígenas, es pertinente señalar que favorecerá a toda la
población ecuatoriana, inclusive al mismo gobierno, al convertirse en su agenda
de trabajo, que debe, sin dilaciones, llevarla a la práctica y hacerla
realidad; de allí la importancia del seguimiento y de la evaluación del avance
de cada uno de los 208 acuerdos logrados en las 10 mesas de trabajo y en buscar
los caminos para que los desacuerdos se conviertan en acuerdos.
“El
esfuerzo duro por superar lo que nos divide sin perder la identidad de cada
uno, supone que en todos permanezca vivo un básico sentimiento de
pertenencia. Porque «nuestra sociedad
gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente en
casa. En una familia, los padres, los
abuelos, los hijos son de casa; ninguno está excluido. Si uno tiene una dificultad, incluso grave,
aunque se la haya buscado él, los demás acuden en su ayuda, lo apoyan; su dolor
es de todos. […]” propone el Papa
Francisco en la Fratelli Tutti (230), para aunar esfuerzos y encontrar
la unidad en medio de la diversidad y de esta manera superar adversidades y
encontrar acuerdo que permitan construir un país próspero y solidario, además
de justo y en paz. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la
realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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