Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 97 – 12 de septiembre 2021
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Del desarrollo local al
desarrollo nacional
“Se
trata, de integrar en el desarrollo todos aquellos elementos que realmente
hacen que sea así. Los diferentes
sistemas: la economía, las finanzas, el trabajo, la cultura, la vida familiar,
la religión son, cada uno en su especificidad, un momento irrenunciable de este
crecimiento. Ninguno de ellos puede ser
absoluto y ninguno puede ser excluido de un concepto de desarrollo humano
integral, es decir, que tenga en cuenta que la vida humana es como una orquesta
que suena bien, si los diferentes instrumentos se armonizan y siguen una
partitura compartida por todos”. (Papa Francisco, 2017).
El desarrollo local es un proyecto colectivo diseñado y ejecutado con un conjunto de acciones planificadas, en un tiempo determinado y en un territorio concreto, construido por todos los actores sociales, políticos, culturales, cuya participación permite enfrentar el cortoplacismo, el clientelismo, la improvisación, el dispendio de recursos humanos y económicos, el subdesarrollo, el desempleo, la ausencia de servicios de salud y educación, la inequidad, la contaminación ambiental, la corrupción, la impunidad, la injusticia... realidades que impiden mejorar la condición de vida de los ciudadanos.
El centro y el
fundamento del desarrollo local es el ser humano. Desarrollo que busca reducir las diferencias
entre los sectores urbano y rural. Un
proceso histórico que apuesta al futuro tomando en cuenta que la participación
comunitaria es el eje articulador, planificador y ejecutor de su propuesta
colectiva de desarrollo. Solo así será
sostenible y sustentable en el tiempo.
Para que haya
desarrollo local es importante reconocer la diversidad de cada pueblo y
territorio: principios y valores, sueños y esperanzas, angustias y dolores… factores
determinantes al establecer prioridades, objetivos, metas y acciones conjuntas,
que permitan valorar los recursos naturales existentes, fortalecer el tejido
social y el desarrollo económico, cultural, tecnológico, sanitario; impulsar a
los sectores productivos, implementar la formación integral e impulsar las estrategias
del desarrollo humano.
El desarrollo
local se coordina en tres niveles: a) políticos: prefecturas, municipios,
juntas parroquiales (Gobiernos Autónomos Descentralizados – GADs); b) sociales:
organizaciones ciudadanas, comités pro-mejoras, sindicatos…; y c) organizaciones
no gubernamentales (ONGs). En este
contexto, algunos de estos actores actúan en complicidad y encubrimiento para imponer
su visión particular, auspiciando proyectos 'personales' que rompen toda lógica
de planificación, duplican actividades, rivalizan, desconocen y deslegitiman
acciones realizadas. Con frecuencia
prima el cortoplacismo que apuesta al clientelismo y la improvisación y
generalmente responde a un caciquismo local o regional.
Los GADs, además
enfrentan limitaciones presupuestarias, elevados gastos corrientes, ausencia de
personal capacitado y la desarticulación de las realidades económicas, sociales
y culturales, que impiden construir el anhelado desarrollo integral y más bien
lo que se ha implementado es un subdesarrollo local.
Hay que tener
presente que, sin desarrollo local es imposible lograr el tan necesario desarrollo
nacional. Es urgente cualificar a
autoridades, funcionarios y ciudadanía como agentes y actores del desarrollo
local. Todos debemos ser parte de lo
que, se denomina 'lo glocal', que se define como aquello "que hace
referencia a factores tanto globales como locales o reúne características de
ambas realidades".
Lo global y lo local, no son visiones
contrapuestas, son complementarias pues "El desarrollo no se reduce al
simple crecimiento económico. Para ser
auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a
todo el hombre. (…) «Nosotros no
aceptamos la separación de la economía de lo humano (…). Lo que cuenta para nosotros es el hombre,
cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera» (Lebret
OP)" señalo Paulo VI en la Encíclica Populorum Progressio, No.14,
1967. · #ComuniquemosEsperanza
Con
los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros
de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de
estas cartas.
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