Con los ojos fijos en
El
en la realidad y la
fe
Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz
carta
No. 24 - 12 abril 2020
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La pandemia del coronavirus
nos está cambiado de rumbo... del vértigo en el que convivíamos a diario, nos
ha llevado a un “estate quieto”. Para
muchos, la emergencia ha sido una oportunidad para, como en las primeras
comunidades, orar, leer la Palabra y poner los bienes en común… Está llenándose el corazón de alegría,
solidaridad y esperanza. Compartir con
los más necesitados es una tarea emprendida por muchas personas.
Vive Jesús en la Paz y la Justicia
(Mt 7, 12; Lc 10, 27 Hch 4:32-35)
En Semana Santa
contemplamos a Jesús, nuestro amigo, crucificado, muerto y resucitado. Sin embargo, hoy seguimos crucificándole en
nuestra realidad global y ecuatoriana, le vemos en los empobrecidos y
miserables, en los débiles y pequeños, en los enfermos y necesitados. Él sigue siendo mortificado en las grandes y
pequeñas ciudades, en el campo y en la selva, entre los pueblos y culturas
amazónicas que son contaminados por constantes derrames petroleros... La injusticia, la corrupción, la desigualdad,
la mentira, la violencia, el odio… siguen asesinando a Jesús aquí y ahora.
El misterio de la
cruz nos llama potentemente a la fraternidad, sentimos que Jesucristo camina
con nosotros y vive en nuestra realidad.
Su presencia es evidente en nuestras familias y en el mundo.
En este contexto de
cruz y resurrección, la emergencia sanitaria por el Covid 19 nos ha convocado a
la solidaridad. Hemos sido urgidos por
el Resucitado a salir al encuentro del prójimo e ir a los lugares de dolor y
muerte llevando la paz, el amor, la vida.
Con estas acciones proclamamos que Cristo vive, que el Justo triunfa
sobre la muerte. Esta es nuestra hora
primera, este es el lugar para tender nuevos lazos de hermandad y unirnos con
profunda esperanza a quienes buscan un nuevo mundo.
Cuando compartimos el
pan y nuestro tiempo, caemos en cuenta de que es el Señor el que recibe, Él se
ha hecho el encontradizo. Los gozos y
las esperanzas, las angustias y las tristezas de cada ser humano son también
nuestros, ahí nos descubrimos hermanos.
El Resucitado, a
través de esta experiencia inédita del coronavirus, nos invita a construir
pronto y rápido un mundo diferente, con nuevas relaciones sociales, políticas,
económicas, culturales, religiosas… entre hombres y pueblos, donde muera la
injusticia, el hambre, el desempleo, la pobreza, la miseria, la corrupción… y
viva plenamente la justicia, el empleo, la equidad, la igualdad, la honradez,
la solidaridad, el encuentro, el diálogo…
Así nos liberamos del mal, presente en las relaciones y estructuras de
pecado y construimos el Reino de Dios.
Esta es una responsabilidad compartida que nos exige ser justos en vez
de explotadores, ser servidores en lugar de opresores.
Después del
coronavirus el mundo será otro, entraremos en una ética-social incluyente en la
que el ser humano debe ser el centro de toda actividad, por ello estamos
obligados a generar procesos de creación, innovación y modificación de
ordenamientos, leyes, reglas de mercado, tipos de relación entre las personas e
instituciones… a nivel nacional e internacional. El nuevo estilo de vida debe cuidar la
creación e inaugurar, implementar y sostener nuevas redes y caminos de Justicia
y Paz. #ComuniquemosEsperanza. •
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que
reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar
y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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