Con los ojos fijos en
El
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta
No. 23 - 7 abril 2020
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Justicia y Paz, fiel a sus principios,
demanda de la sociedad civil y política, una postura de apertura, diálogo, encuentro,
unidad de todos, sin distingos ni exclusiones.
Este ha sido el llamado de hace pocos días de nuestros Obispos, llamado que
a nuestro parecer no ha tenido la acogida que esperábamos.
demanda inmediata e impostergable...
Unidad y Tregua
La realidad y las estadísticas asustan, evidencian enfermedad y muerte
en una población que desde antes, se debatía en una muy grave y peligrosa situación
económica y social. Basta leer los indicadores de desempleo y subempleo, insalubridad,
desnutrición, morbi-mortalidad, etc., previo al aparecimiento de la pandemia del
Covid 19 o Coronavirus. Con la llegada de la pandemia el gobierno nacional
se vio precisado a decretar una necesaria cuarentena que agudizó la crisis. Ha crecido la marginación y la pobreza, y las
actividades productivas se han paralizado sin un horizonte cierto de recuperación.
Comprobamos con dolor, que ante esta realidad,
no hay, la lógica necesaria, urgente e impostergable
de unidad, por el contrario, vemos que intereses particulares o de grupo, pretenden
alcanzar, imponiendo sus criterios, sus propios intereses. Constatamos con profundo dolor que la unidad es
despreciada y hasta ignorada. Ni la profunda
emergencia sanitaria ni la angustia y desesperación del pueblo que clama atención
urgente ha logrado la anhelada unidad.
Nuestra historia nos ha demostrado que unidos hemos logrado objetivos de interés común y que separados,
sumergidos en peleas fratricidas, hemos ido irremediablemente al fracaso. En 1941, divididos perdimos el conflicto armado
y el país se mutiló. En 1995 un país unido,
triunfó y se fortaleció. Es la diferencia
entre enfrentar una crisis unidos o divididos.
Creemos que la unidad a la que ha llamado la Conferencia de
Obispos es un imperativo impostergable, no como una cuestión de discursos y proclamas,
sino de acciones y hechos concretos, superando rivalidades, cálculos y ambiciones
y dejando aflorar todos, en conjunto, nuestras mejores cualidades de servicio y
solidaridad.
Es el momento de apoyar al gobierno en sus esfuerzos de respuesta a la crisis, siendo propositivos,
y sugiriendo soluciones oportunas, resaltando los logros, y puntualizando los errores
con alternativas que los solucionen. Evitando
la generación y divulgación de noticias falsas, trabajando unidos como un puño bajo
la guía y dirección oficial. El camino, entonces,
exige unidad y tregua inmediata en razón de los intereses superiores de todo el
Ecuador.
Es hora de que el gobierno, los partidos y movimientos políticos propongan y acepten la tregua y aporten con sus mejores capacidades; es hora de que los potenciales
candidatos guarden sus declaraciones y campañas para después. Es hora de anular el regionalismo y asumir que todos somos un solo país. Todos estamos llamados a colaborar con ideas,
acciones y recursos, más allá de las diferencias lógicas y de las aspiraciones justas. Esto no puede ni debe entenderse como complicidad,
al contrario, si existen signos de corrupción hay que denunciarlos ante las autoridades
competentes y esperar el correspondiente juicio.
Un llamado especial a los medios de comunicación para que informen sin escándalo. Su misión, en estos momentos, es trascendente,
de ellos depende informar la verdad y más allá del sensacionalismo informar desde
una perspectiva estratégica. Y qué decir
de los medios tecnológicos, las recurridas redes sociales que no deben ser mal utilizados
para el escándalo, la oposición barata, y la desinformación. #ComuniquemosEsperanza. ·
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente
a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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