Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 224 – 18 febrero 2024
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Serafín: Discípulo fiel en nuestro tiempo
“Seamos parte activa en
la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la
gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos
samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar
odios y resentimientos, sólo falta el deseo gratuito, puro y simple de querer
ser pueblo, de ser constantes e incansables en la labor de incluir, de
integrar, de levantar al caído” Papa
Francisco (Fratelli Tutti).
“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las
angustias de las personas de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de
cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los
discípulos de Cristo”, es que Cristo se encarna en la historia, en el presente
y en el futuro, planta su tienda en las coordenadas diarias de la humanidad.
Hay un gesto empático de Dios con cada uno de sus hijos e hijas. Dios acoge la
historia, se manifiesta en el presente y coopera en la construcción del futuro.
Camina junto a su pueblo.
El discípulo permanece con los ojos abiertos a
los signos de los tiempos, pero también está abierto a Dios. Se configura con
Cristo, se llena de su presencia en la oración, en la lectura de la Palabra, en
la práctica cotidiana del Evangelio, en su labor incansable por construir el
Reino de Dios aquí y ahora. Camina con Jesús, se entrega a la causa del
Maestro, persevera, a la hora de la prueba da la cara sin temor, recibe la
misión de ser testigos de Jesús.
Serafín Ilvay, nuestro amigo de camino fue un
discípulo de Jesús en nuestro tiempo, que se adentró en el seguimiento fiel,
alegre, ilimitado a “Quien sabemos nos ama”, lo demostró en todas las facetas
de su vida, ya sea como hijo, como esposo, como padre, como catequista, como
formador de jóvenes, como orientador de parejas, como comunicador social, como
documentalista, como experto en medios digitales, como lector, como profesor,
como trabajador. Desde la sencillez, la humildad, el servicio, el equilibrio,
la tranquilidad, la ecuanimidad presentó a Jesús en todo momento y
circunstancia. Se esforzó, con la ayuda del Señor, en ser un hombre justo y
bueno. Para él siempre fue primero todo ser humano, al que consideraba un
hermano. Nunca se desesperó por más angustias y tristezas que podía tener o
llevar por dentro, tenía la paz en su mente y corazón. Siempre confío en la
misericordia y en la voluntad de Dios.
Durante los cuatro meses que caminó junto a la
“hermana enfermedad’, llevó a cuestas ese cáncer con una serenidad
impresionante y, pese al dolor, tuvo una actitud de paz, una serenidad que
edificaba y proyectaba esperanza; y en vez de recibir consuelo, él, con su
testimonio, edificó y animó a todo aquel que lo visitaba, mensajeaba o le
llamaba por teléfono. En el lecho del
dolor seguía anunciando la Buena Nueva, disponible para seguir colaborando y
cooperando con las tareas que aún las podía hacer. Hasta el último aliento de
su vida fue testigo del Reino de Dios.
Ahora Serafín ha realizado su nombre y puede
mirarnos y protegernos desde el Trono del Cordero. Él fue referente del
compromiso cristiano y social. Con su actitud sencilla en el campo de la
comunicación, en la coordinación de Justicia y Paz, en la amistad, reacercó a
muchas personas al compromiso cristiano. “Buenos días de Dios” era su saludo de
siempre. Su marca espiritual carmelitana
le dio la fortaleza y la vitalidad para acoger al “hermano cáncer”, que minaba
su salud aceleradamente. Pese a esa realidad tan dura, demostró una absoluta
confianza en el amor y la misericordia del SEÑOR JESÚS.
Serafín fue un cristiano coherente, entregado,
apasionado por el Reino de Dios, la verdad, la justicia, el amor y la paz, sin
envolturas, sin máscaras. Se adelantó... Estaba listo. Nosotros no queríamos
aceptar que ya era hora y queríamos que caminara más tiempo en medio de
nosotros. Pero le llamó su Hermano Mayor y Amigo.
Qué gran testimonio nos deja su vida, su amor y
su fe; es ese legado que lo mantendrá siempre presente y junto a nosotros y que
nos comprometemos a continuar ¡¡¡Serafín ya está contemplando el rostro de
Aquel a quien siguió toda su vida!!! •#ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en
la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.
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