Con
los ojos fijos en Él
en la
realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 197 –
13 agosto 2023
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¡Ni una
gota más de sangre!
“Anhelo
que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona
humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre
todos: «He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una
hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una
comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros
a mirar hacia delante.»”. Papa
Francisco, Encíclica Fratelli tutti, No. 8.
Profunda consternación, desolación, indignación, tristeza… generó el execrable y cruel crimen político del candidato presidencial Fernando Villavicencio; así como los viles asesinatos del alcalde de Manta, Agustín Intriago, liquidado junto a la joven deportista Estefanía Chancay o contra el candidato a asambleísta de Esmeraldas, Ríder Sánchez, unidos a otros funcionarios públicos que han sido víctimas de asesinatos, atentados, extorsiones o secuestros. Miles de ciudadanos anónimos han sufrido los mismos hechos, pero al carecer de relevancia social, son olvidados rápidamente, apenas mencionados en la crónica roja. Estas muertes no pueden ni deben quedar en la impunidad. Unimos nuestras voces de condena por estos crímenes, a la vez que expresamos nuestra solidaridad con sus familiares y allegados.
Nos aflige la
angustia y el miedo que siente la gente y la inseguridad que vivimos todos. El
sicariato y las bandas organizadas ligadas al narcotráfico son auténticos
grupos terroristas que gozan de casi una total impunidad; gracias a la
pasividad o ineficiencia del gobierno y a la complicidad desvergonzada de los
encargados de administrar justicia que han permitido que nuestro país se haya
transformado en una tierra sin ley y en un Estado casi fallido.
La crisis
ecuatoriana, además de la violencia e inseguridad, tiene otros síntomas
políticos, económicos, culturales, ambientales y sociales. A las puertas de las
elecciones adelantadas, para escoger presidente y vicepresidente de la
república y asambleístas, en el pueblo hay muchas más dudas que certezas y
esperanzas.
Hay políticos
que contemplan su ombligo, que pronuncian autocomplacientes monólogos y son
incapaces de escuchar los clamores y angustias del pueblo y peor de dialogar
para lograr acuerdos y construir el bien común. Padecemos de un tribalismo político, donde cada sector, partido, grupo
económico o social sólo busca sus propios intereses y acceder al poder para
dominar en vez de servir. Nuestra
sociedad está fragmentada en posiciones muchas veces irreconciliables. Carecemos de un proyecto político
auténticamente nacional, sin excluidos ni descartados. Tenemos una crisis de verdad, en la que la propaganda
y las redes buscan manipular la conciencia ciudadana. Contexto que hace que nuestra frágil
democracia sea prácticamente inexistente y sea apenas una sombra de lo que debe
ser: “el que quiera ser el primero entre ustedes que sea haga su servidor”
(Mateo 20, 26).
Aquí y ahora
preguntémonos ¿qué postura asumimos los cristianos? Ante hechos dolorosos no podemos sumirnos en
la indiferencia ni rechazar, sin más, la acción política, porque “es una
altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque
busca el bien común” (Fratelli tutti 180). Es primordial construir caminos para la paz, la
escucha, el diálogo y la fraternidad con valores democráticos como la
tolerancia, la libertad, la justicia, la participación y el bien común.
En este
contexto inédito, en la historia reciente de nuestro país, recogemos las
palabras del papa Francisco: “Ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política… la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se
obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo” (Fratelli
tutti, 178).
¡Venga a nuestro Ecuador, tu Reino, Señor! · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una
publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones
periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer
alternativas, a través de estas cartas.
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