Con los ojos fijos en
Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 77 – 25 de abril 2021
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¡Por una
Minga Nacional!
Las
actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van
de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la
confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva (Papa Francisco, Laudato si', 14).
Vivimos de
escándalo en escándalo. Nos oponemos por
oponernos. Somos campeones para la
crítica, sin presentar propuestas ni alternativas. Sacamos nuestra capacidad de
crítica y ataque hacia cualquier persona, proyecto o idea, buscando su
descrédito y que la opinión pública se focalice en su contra.
Los desafueros de ciertos personajes e instituciones, la corrupción más descarada y generalizada, la falta de credibilidad, entre otras, son causas valederas de nuestro negativismo. Pero a pesar de estas trabas y contra todo pronóstico, surgen propuestas y acciones encaminadas a enfrentar los problemas que nos han sumido en la peor crisis social, política, económica, sanitaria, educativa y ética.
En este
escenario, es muy complicado alcanzar acuerdos nacionales, diálogos abiertos y desprendidos,
así como lograr detectar propuestas colectivas que construyan e implementen
programas que atiendan lo más urgente. Pensemos en una Minga Nacional
que nos encamine a un mejor futuro, que trabaje desde la diversidad por la
unidad para construir, cuidar y cultivar colectivamente: paz, justicia, salud,
honradez, estabilidad financiera, seguridad climática y ciudadana, cuidado de
la naturaleza, generación y conservación del empleo, atención prioritaria a los
más vulnerables, un plan de vacunación que llegue a todos sin excluir a ningún
grupo social ni persona.
Es
imprescindible un gran diálogo nacional que sea amplio, honesto y profundo que
incluya a todas las organizaciones de la sociedad civil como partidos y
movimientos políticos, academia, minorías étnicas, sector productivo -trabajadores
y empresarios-, desempleados, campesinos, comunidades religiosas, maestros,
jóvenes, organizaciones femeninas y todos quienes tengan algo que decir y algo
que aportar. Diálogos abiertos y sin tapujos que identifiquen y determinen sus
necesidades, prioridades y anhelos. Esa
producción colectiva determinará los senderos a seguir para salir de la
postración en la que estamos sumidos.
Escuchar a los
otros, reconocer sus planteamientos, estar dispuestos a modificar nuestros
objetivos y trayectorias, reconocer y enmendar errores, todo esto implica,
poner la Patria por delante y dejar en último plano los intereses personales y
de grupo o gremio. Tarea nada fácil pero no imposible.
Abramos las
puertas, tendamos puentes para identificar y construir mínimos comunes que, con
actitudes y acciones éticas y honestas, permitirán alcanzar acuerdos reales. Hay
que dejar al margen las prebendas y las negociaciones mezquinas que buscan
cuotas de poder a cambio de colaboraciones espurias.
Vivimos un momento especial. Llamamos
al encuentro, a juntarnos, a renunciar a nuestras obsesiones, a deponer
extremismos, a desterrar la corrupción, a exigir justicia para todos, a sembrar
solidaridad y equidad, a compartir para crecer. Nadie puede quedarse
rezagado. Debemos poner en marcha una
combinación virtuosa de políticas sociales, económicas, ambientales, que con tecnología
y ética nos lleven hacia el desarrollo integral en los términos que nos
enseñaba san Pablo VI “de todo el hombre y de todos los hombres”, lo que se
traducirá en un futuro digno para todos porque “La humanidad aún posee la
capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” (Laudato si', 13). · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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