Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 30 - 31 mayo 2020
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Es nuestra responsabilidad salir al
encuentro del prójimo con el distanciamiento
recomendado, ser cercanos desde la
lejanía, abrazar con inmenso afecto desde
la separación, compartir desde el acompañamiento
virtual, cumplir con todos los protocolos de bioseguridad por amor a los
demás y a nosotros mismos. Nada es exagerado, todo es necesario.
Cuidarme, para cuidar a los demás
“Cada uno de nosotros
rendirá cuenta de sí mismo a Dios” (Rm 14,12)
Las medidas de confinamiento y las
restricciones impuestas por el gobierno para frenar los contagios, la
saturación del sistema sanitario y la muerte causada por la pandemia del coravirus, han sido flexibilizadas por
el COE Nacional después de aproximadamente 80 días de cuarentena.
Ahora casi toda la responsabilidad del cuidado y de la práctica de los
protocolos de bioseguridad están en nuestra manos y depende de cada uno el
ponerlas en práctica o ignorarlas. Discernir apropiadamente, sopesar los
pro y los contras en su real magnitud requiere y demanda un compromiso personal
basado en el manejo de información adecuada, del conocimiento a carta cabal de
la magnitud de la pandemia y de su impacto sobre nuestra salud, familia,
amistades y sociedad en general. Debe
quedar sin espacio al error o la omisión de las recomendaciones y norma que se
han establecido. Un descuido puede
costarnos el contagio e incluso la vida.
Tomar la mejor decisión es el
reto cotidiano, movidos por la responsabilidad, la disciplina y el respeto
a nuestra vida, a la que debemos cuidar y proteger de cualquier adversidad o
peligro, evitando, al máximo, ponerla en riesgo innecesario.
El camino a seguir está claramente definido, los senderos están establecidos, las señaléticas son claras y precisas, imposible 'lavarnos las manos como Poncio Pilatos' y hacernos los desentendidos de la realidad en la que estamos sumergidos. Conocemos lo que debemos hacer para protegernos y proteger a los demás en este tiempo de pandemia. Hemos oído y escuchado lo que ha pasado en estos meses de confinamiento, los noticieros han relatado la crueldad y letalidad de esta enfermedad, sabemos de antemano que el coronavirus estará entre nosotros por un buen tiempo y que tenemos que aprender a convivir con esta nueva realidad que llegó de improviso, sin avisar ni pedir permiso a nadie, pero que ya está instalada y apropiada en el mundo entero.
Ahí está, esperando un error suyo o mío para entrar a visitarnos y causar todo el daño que esté a su alcance. Ventajosamente los investigadores se mantienen en constante estudio y experimentación, y gracias a esa información, ya sabemos cómo tratarlo, enfrentarlo y combatirlo, sabemos cómo cerrarle el ingreso a nuestro organismo y nuestra vida.
Claro que es tedioso, molestoso y hasta agobiante implementar y ejecutar
el protocolo de bioseguridad, sin embargo, debemos cumplir al pie de la letra
con el lavado de manos, el uso de mascarilla, el distanciamiento social y demás
normas relativas y acostumbrarnos a la 'nueva normalidad'. El cuidarme para cuidar a los demás, se
vuelve un imperativo y una exigencia de vida.
En éste
partido contra el covid 19 estamos todos, somos un equipo y cada uno debemos
cumplir lo que nos corresponde. · #ComuniquemosEsperanza
Con
los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado
de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los
miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a
través de estas cartas.
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