Compartimos
una enseñanza con respecto a la Justicia Restaurativa, expresada por
nuestra mentora Charito Calvachi-Mateyko En la Justicia Restaurativa,
al igual que la vida y la naturaleza, todo está conectado, todo es
interdependiente. Un buen ejemplo de esto se puede ver en los
árboles. De las raíces surge el tronco, del tronco surgen las
ramas, las flores y los frutos.
Similarmente, la Justicia
Restaurativa es un todo completo. Para que haya Justicia Restaurativa
se necesitan valores que lo inspiren y lo guíen, pero éstos no
tendrían cómo expresarse si no fuese por los procesos de diálogo
donde se atienden las necesidades humanas; y si éste proceso
respetuoso no resulta en acciones prácticas que revelan un cambio,
no habrá coherencia con los enunciados principales que emplazan por
un restauración material o simbólica; inspirando para todo el
esfuerzo desplegado se dedique a enmendar el mal. Así mismo, no
habrá enmiendas significativas si no hay respeto a la dignidad de
todos los asistentes en el momento del diálogo.
Por todo esto, el Árbol es una buena
metáfora para expresar lo que es la Justicia Restaurativa: : Todas
las partes de la Justicia Restaurativa están relacionadas unas con
otras; los conceptos y principios, los valores, los pilares y sus
resultados.
El éxito de la Justicia Restaurativa
depende de la fidelidad de cómo se practique un componente, para que
el otro componente sea también restaurativo.
Los procesos restaurativos, que
constituyen sus pilares, deben ser basados en valores de paz y
respeto para dar resultados armónicos. Los valores restaurativos
cobran rigor y práctica dentro del marco de referencia de los
conceptos y principios.
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