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viernes, 24 de junio de 2016

Quién gobierna a México…?


Entre la tumultuosa ola de descalificaciones a las iniciativas del presidente de México, que tanta inconformidad han provocado en la sociedad mexicana, se destaca el mensaje semanal en formato de video, del 30 de mayo, del cardenal Juan Sandoval Iñiguez.
Con la manera directa y firme de hablar que le caracteriza, el cardenal dijo que el presidente “primero habló de la marihuana y la aprobó, en veintitantos gramos, como dosis personal, y ahora sale con el matrimonio de homosexuales y por supuesto, la adopción, para mandarlas al Congreso y que legislen”. Luego se planteó varias preguntas: ¿Qué no hay problemas más graves, en México, para estarse ocupando de estas cosas de minorías o de vicios?  ¿No hay problemas graves en México como la pobreza creciente, corrupción generalizada -sobre todo en las esferas del gobierno- con descaro y desvergüenza, los cárteles, la droga, asesinatos, secuestros, educación de ínfima calidad, maestros descontentos, politizados, ausentes de las aulas? ¿Cómo es posible que el presidente de un gran país, como México, se ocupe de estas cosas para ganar alguna popularidad, y descuide los grandes problemas que nos agobian? También me pregunto: ¿Es tan fuerte la presión que viene de afuera -porqué esta es una agenda internacional- la de acabar con la moral, con el matrimonio como obra de Dios. Y a los gobiernos los presionan, obligan más a los gobiernos débiles y endeudados -como el nuestro- gobiernos desarticulados, incapaces de ofrecer resistencia a esta andanada de inmoralidad que viene de fuera”.
En respuesta a sus propias preguntas, el cardenal Sandoval expresó que “el Presidente, con estas mociones, está a favor de una minoría porque los homosexuales son minoría, eso no se puede negar, y está en contra del sentir de la mayoría. La mayoría del pueblo de México es sensata, tiene la cabeza en su lugar, tiene sentido de la moralidad y no aprueba, no está de acuerdo”.
Luego evidenció una usurpación o confusión de poderes en México entre el Ejecutivo Federal y la Suprema Corte de Justicia de la Nación: “Me llama la atención que de un tiempo acá, la Suprema Corte no solamente juzga -porque para eso está- sino que también legisla, y hace mociones y hace propuestas. La Suprema Corte no es para legislar; legislan el Congreso y el Senado. La Suprema Corte es para juzgar, luego está sofocando la democracia: “Que la Iglesia se calle, que la Iglesia no opine, que la Iglesia no diga nada…” y tuvo que explicar que “la Iglesia es una abstracción, pero lo concreto somos la mayoría de católicos; eso es lo concreto que formamos la Iglesia, de manera que no hablen de una fracción, sino hablen de los católicos mexicanos, que somos mayoría y que tenemos derecho a hablar; no nos pueden callar. En una sociedad democrática, aunque sea de fachada esta democracia, pero tenemos derecho a hablar y a expresar nuestros puntos de vista. Entonces, la Suprema Corte ¿por qué dice que la Iglesia se calle, que la Iglesia no diga nada…? Tenemos derecho a hablar, a expresar nuestro punto de vista. Ya cuando se llegue a un Estado totalitario -hacia el cual se encamina México a pasos agigantados- pues entonces a lo mejor nos vamos a callar, pero mientras el esquema sea democrático, tenemos derecho de hablar. Entonces, que no digan que no hablemos los católicos”.
En seguida explicó por qué hay confusión o usurpación de poderes en México: “Parece que la Suprema Corte manda, y eso es triste. No debe mandar porque hasta el Presidente de la República, cuando lanza estas iniciativas está cumplimentado -dijo él- está cumplimentando las propuestas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Entonces… ¿Quién manda? ¿Quién es el Presidente? ¿Dónde está la división de poderes para que cada quien haga lo suyo y no se meta en atribuciones que no le corresponden? Es triste y lamentable que en medio de todos los males de carácter económico, social y de justicia; todavía vengan nuestras autoridades a tratar de descomponer la obra de Dios que es el matrimonio, como el Señor lo pensó, la sociedad más antigua, anterior a los mismos gobiernos, la sociedad primitiva más sana y más provechosa para la humanidad, la familia con padre y madre e hijos, donde la vida se da y donde la vida se cuida”.

Es evidente que el presidente Enrique Peña fue presionado, como es evidente que este tipo de manifestaciones le ayudarán a quitarse esa presión de agenda internacional que ni es propia de la sociedad mexicana ni le corresponde, a menos que quienes manipulan esa Agenda Internacional ya estén gobernando a México...
Roberto O´Farrill

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