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domingo, 24 de agosto de 2025

carta No. 303: ¡Hechos, no palabras¡

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 303 – 24 de agosto 2025
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¡Hechos, no palabras¡

¿Cómo es el amor de Jesús? ¿Cómo sé que yo siento el amor verdadero?». «dos criterios que nos ayudarán a distinguir el amor verdadero del no verdadero». El primer criterio es que «el amor se debe poner más en los hechos que en las palabras». Y el «segundo criterio» consiste en que «comunicar es propio del amor: el amor se comunica». Sólo «con estos dos criterios podemos encontrar el verdadero amor de Jesús en los hechos, pero en los hechos concretos» Papa Francisco.

Tal vez en una sola cosa esté de acuerdo la humanidad: que el mundo debe cambiar, porque a este ritmo parece caminar hacia el abismo. Unos quieren que cambie de una forma, otros de otra. A todos nos preocupa el planeta que dejaremos a nuestros hijos, nietos y bisnietos. Al paso que vamos, nos estamos “comiendo el mundo” como vulgares glotones, sin pensar en el futuro de las próximas generaciones. Empachados de codicia, desbordados de prepotencia, aniquilados por la soberbia, envalentonados por la vanidad. Todos creen tener la razón, aunque sea sinrazón. Nadie cede, todos imponen. La palabra está devaluada: todos gritan, nadie oye; todos están conectados digitalmente, pero viviendo profundas soledades.

Un sinfín de estudios, análisis, investigaciones y estadísticas revelan múltiples crisis. Por décadas hablamos y vivimos las mismas realidades: nada cambia. Todo sigue igual, con diferentes actores y diversas circunstancias. Muchos solo hablan, sin respaldo de acción alguna. La verborrea oral y escrita se derrama por doquier, es un vendaval que arrasa con la dignidad y no deja “piedra sobre piedra”. El mundo se ha convertido en un cuadrilátero de violencia multidimensional: todos contra todos, sin excepciones. Incluso la tecnología, en lugar de unir, muchas veces potencia este desenfreno. La incoherencia —esa ruptura entre palabra y acción— es la raíz de los conflictos que padecemos.

Por el bien de la humanidad, debe existir una relación estrecha entre “palabra y acción”, para evitar la brecha creciente entre lo que se dice y lo que se hace. Las palabras son fáciles de pronunciar, pero las acciones revelan la verdadera intención y compromiso. En esencia: las acciones hablan más fuerte que las palabras. Recordemos: “las palabras convencen, pero las acciones arrastran”. Si aspiramos a transformar nuestra realidad, debemos pasar de las palabras a los hechos.

Ser personas de acción exige compromiso, integridad, verdad y confianza.

  • Compromiso, porque las acciones son la prueba concreta de que alguien realmente cumple lo que dice.
  • Integridad, porque palabra y acción deben estar alineadas, siendo coherentes.
  • Verdad, porque las acciones revelan lo que somos, mientras las palabras pueden manipular o engañar.
  • Confianza, porque solo se construye cuando alguien hace lo que promete.

Sobran ejemplos que muestran la contradicción entre lo que decimos y lo que hacemos. Las palabras de los “politiqueros” se han devaluado tanto que nadie les cree. En campaña prometen mejorar la salud, la educación, generar empleo, dignificar la vida del pueblo. Pero una vez en el poder, se “olvidan” de todo lo ofrecido. Las acciones son la verdadera medida del compromiso, la integridad y la verdad: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7,16).

La pregunta es ineludible: ¿qué haría Jesús en nuestro lugar, aquí y ahora? ¿Qué palabra y qué acción esperan de nosotros nuestros vecinos, comunidades, familias? En parroquias, diócesis, órdenes religiosas y también en sectores de la sociedad civil hay ejemplos concretos de hechos que muestran diariamente el amor de Cristo. Son esas acciones las que mantienen viva una esperanza obstinada en mejores días.

Todos estamos llamados a actuar desde nuestro compromiso de fe, a comunicar que hay esperanza de una “vida plena”, y a romper con el círculo perverso de deshumanización que padecemos. Estas iniciativas deben multiplicarse y coordinarse, demostrando con hechos que es posible devolver la dignidad a las personas. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

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