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domingo, 17 de noviembre de 2024

carta No. 263: Institucionalidad base del desarrollo

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 263– 17 de noviembre 2024
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Institucionalidad base del desarrollo

“La paz es como la esperanza de la que habla el poeta Charles Péguy; es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Sabemos bien que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia... la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, si los políticos no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”. Papa Francisco.


Hay tantos Ecuadores como presidentes. Cada vez que llega un político al poder, actúa como si con él empezara el país. Los planes y proyectos del gobierno anterior se archivan, desechan o descartan, solo por ser del antecesor. Así, comienzan “su proyecto”, aunque sea similar, le cambian el nombre y borran la historia. Creen empezar otro Ecuador, pero el país sigue tropezando con la pobreza, el desempleo, la migración, la falta de educación y salud, la violencia y hasta la escasez de energía.

La fragilidad institucional de Ecuador se refleja en las 20 Constituciones que hemos tenido en 194 años de república. Con una duración promedio de 9.7 años, no alcanzan a consolidarse ni a enraizarse en la sociedad. Apenas entra en vigencia una Constitución, ya se pide una Constituyente o se promueven reformas. Muchos presidentes la han irrespetado y violado repetidamente. Si la Constitución se ignora y desconoce, con mayor descaro se manipula la ley y se desechan planes y proyectos. Todo para imponer un sello personal, incluso en contra de la Constitución y las leyes.

Con el paso de los años, las instituciones del Estado, en lugar de fortalecerse y convertirse en referentes nacionales, se han deteriorado al punto de casi desaparecer o convertirse en una estructura escuálida y raquítica que apenas sostiene a un débil Estado nacional. La institucionalidad, la Constitución y los políticos deberían estar estrechamente interrelacionados, pues son fundamentales para la gobernanza y el desarrollo del país.

En Ecuador, la débil institucionalidad soporta un aluvión de intereses corporativos y de grupo que la minan y desgranan, dejándola sin capacidad de reacción ni acción frente a realidades que evidencian una desarticulación "estructural". Esta situación carcome toda posibilidad de construir una política de Estado que permita al país alcanzar un futuro de desarrollo y progreso. En lugar de una visión de Estado, prevalecen el inmediatismo, el individualismo, la improvisación, las transgresiones a la Constitución y las leyes, y los enfrentamientos entre grupos de poder por el dominio del país y la obtención de prebendas y privilegios.

Para una institucionalidad vigorosa, es fundamental la separación de poderes, una democracia participativa, transparencia, y rendición de cuentas a través de mecanismos de control y supervisión efectivos y eficaces. Cada institución debe ser fuerte e independiente, con elecciones libres y justas, instituciones de control transparentes y un servicio público compuesto por funcionarios capacitados y seleccionados por mérito. En cuanto a derechos y libertades, debe garantizarse el respeto a los derechos humanos, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión y el acceso a la justicia, con mecanismos efectivos para resolver conflictos.

Una economía estable es clave para el desarrollo, sustentada en políticas económicas sólidas, inversión social e infraestructura adecuada. El desarrollo sostenible debe estar acompañado de políticas ambientales y sociales responsables. En el ámbito de sociedad y cultura, se requiere cohesión social, promoviendo la unidad, la inclusión, la participación ciudadana, la diversidad cultural y una ética pública sólida.

Algunos indicadores de una institucionalidad vigorosa incluyen un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto, un Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) bajo, un Índice de Libertad Económica alto, un Índice de Democracia alto, y estabilidad política y gubernamental, como ejes fundamentales de una política de Estado.

Recuperar la institucionalidad y alcanzar un Estado fuerte es una responsabilidad que debe asumir cada ecuatoriano.   #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

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