Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 250 – 18 de agosto 2024
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¿Qué hay detrás del éxito
de las medallas?
“Espero que este
acontecimiento (los juegos olímpicos) pueda ser un signo del mundo inclusivo
que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean
mensajeros de paz y buenos modelos para los jóvenes en particular” “La
constancia y la disponibilidad para hacer el bien son propiedades del ser
virtuoso, de modo que nuestros actos no sean casuales e improvisados, sino
fruto de un ejercicio y entrenamiento que conlleva esfuerzo y sacrificio, para
que esas disposiciones se conviertan en hábito” (Papa Francisco).
En
medio de tantas angustias y temores que sufre nuestro pueblo, desde París nos
llegaron alegrías inmensas que elevaron nuestra autoestima nacional: 5 medallas
conseguidas en los juegos olímpicos, una de oro, dos de plata y dos de bronce.
Adicionalmente, se alcanzaron 6 diplomas olímpicos, lo que muestra que otros
deportistas han estado muy cerca de lograr su consagración. En París
participaron 40 atletas, y los ganadores de este año se suman a Richard
Carapaz, Neisi Dajomes y Tamara Salazar, medallistas en Tokio 2020, y a
Jefferson Pérez, oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008.
Es
justo destacar sus nombres: Daniel Pintado, oro en 20 km marcha y plata junto a
Glenda Morejón en relevos mixtos de marcha; Lucía Yépez, plata en lucha; Angie
Palacios y Neisi Dajomes, bronce en halterofilia. También se obtuvieron
diplomas olímpicos: Génesis Reasco y Luisa Valverde en lucha, Lisseth Ayoví en
halterofilia, Glenda Morejón en marcha, y María José Palacios y Gerlon Congo en
boxeo.
Al
citar estos nombres, destacamos no solo su contribución al país, sino el
esfuerzo y sacrificio que representan. De los 9 medallistas y diplomados/as, 7
son mujeres, subrayando la creciente importancia de la participación femenina.
Al menos 3 son afrodescendientes, y ninguno proviene de Guayas o Pichincha,
sino de provincias como Azuay, Los Ríos, Pastaza, Imbabura, Manabí, Carchi y El
Oro. Todos provienen de familias humildes, habiendo alcanzado el éxito a través
de su dedicación y constancia.
A
lo largo de su trayectoria, estos atletas han recibido poco apoyo consistente
del Estado. Algunos, como Neisi y su hermana, han logrado obtener publicidad y
auspicios privados, además de algo de respaldo de los gobiernos
descentralizados. Sin embargo, sus entrenadores y servicios médicos trabajaban
con recursos limitados, y sus lesiones no siempre fueron atendidas
adecuadamente; una atleta incluso comentó que “no tenía ni para los zapatos”.
Ahora, tras alcanzar sus metas, reciben premios mientras el gobierno y el
ministro de deportes se apropian de los logros, a pesar de la falta de apoyo
consistente en el proceso.
Ecuador
carece de una política eficaz de promoción del deporte; los centros de alto
rendimiento están abandonados y deteriorándose. No se promueven las ligas
barriales y provinciales, tampoco las federaciones deportivas, a las que además
se les debe dinero. La desatención al deporte es parte de la falta de políticas
sociales, sin olvidar que este está íntimamente ligado a la cultura,
especialmente para la juventud. Quienes han apoyado han sido sus familias,
algunas empresas privadas, federaciones y la Iglesia, promoviendo clubes,
oratorios, campeonatos barriales, intercolegiales o universitarios.
Nuestros
atletas son un faro para la juventud, que en gran parte se enfrenta a la falta
de oportunidades, sin estudios ni trabajo, y bajo la amenaza de las bandas
criminales. Es crucial que, desde las familias, las comunidades y el Estado se
generen alternativas. El deporte y la cultura son herramientas poderosas,
complementadas por una educación sólida y acceso a empleo digno.
Estos
logros también nos demuestran que los éxitos se logran con esfuerzo, sacrificio
y disciplina, y representan un camino de esperanza para todo el Ecuador en esta
época de crisis profunda, cuando tantas personas recurren al dinero fácil
ligado al narcotráfico, la extorsión, la delincuencia y otras actividades
ilegales. Otra de sus lecciones es que, para lograr algo realmente valioso, hay
que tener objetivos claros sobre lo que se quiere conseguir y lo que se debe
hacer para alcanzarlo. Los políticos y autoridades nacionales y locales deben
inspirarse en estos atletas y trabajar por un Ecuador más inclusivo y fraterno,
con justicia y en paz. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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