Con
los ojos fijos en Él
en la
realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 191 –
2 julio 2023
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Trabajemos por la seguridad integral
En Ecuador los altos niveles de inseguridad
generan angustia y miedo en gran parte de la población. Las encuestas señalan
que dos de cada tres personas sentimos temor de caminar por las calles. Las
muertes violentas han pasado de 25 personas por cada cien mil habitantes en el 2022
y a 32 en junio de 2023. Hoy somos el 2do. país más violento de Latinoamérica.
Predomina un clima de terror, en muchas
ocasiones alimentado por la prensa sensacionalista, lo que incrementa el pánico
en la población y da mayores alas a los grupos delincuenciales que se sienten
fortalecidos por la impunidad, avalada por algunas leyes que les amparan, con
la complicidad y corrupción de cierta justicia.
Las bandas ligadas al narcotráfico, sus aliados y la delincuencia
organizada o no, causan intranquilidad y preocupación. Incluso hay fuertes
dudas respecto a la probidad de unos u otros sectores de la fuerza pública.
Ante esta situación, la sociedad reclama
mano dura contra la delincuencia. Muchas personas ven en el presidente
salvadoreño Nayib Bukele, el ejemplo a seguir sin importar los derechos
humanos. Voces que cada vez toman mayor
fuerza cuando el Estado ha demostrado su impotencia ante la crisis de violencia,
a pesar de los ‘estados de emergencia’, el involucramiento de las FFAA, de
declarar a los grupos violentos como terroristas y la autorización del uso de
armas a la población civil.
En barrios y comunidades se ha ejercido la
justicia por mano propia y es muy común la advertencia de “ladrón cogido, será
eliminado o quemado”… ajusticiamientos que nos retornan a los tiempos de incivilización
y barbarie.
Devolver la seguridad en una de las mayores
demandas ciudadanas a los candidatos presidenciales. Lamentablemente sus
propuestas sólo hablan de incrementar medidas represivas y choque, incluso
algunos ofrecen crear los temidos ‘escuadrones de la muerte’, de tristísima
memoria en nuestra historia nacional.
Por lo que ¿podemos comprar la seguridad a
cualquier precio? Evidentemente, No. Necesitamos una Justicia libre de corrupción,
que funcione de forma ágil e imparcial, que cumpla las leyes; unas fuerzas del
orden que, suprimiendo a sus malos elementos, se dedique a cuidar y proteger la
dignidad y propiedad de la comunidad; un Estado que en todas sus instancias una
esfuerzos para combatir la delincuencia y solvente las principales causas de
esta crisis, promoviendo el acceso de la población a empleo justo, a
alimentación y agua, respeto al medio ambiente, promoviendo la asistencia
sanitaria, garantizando las fuentes de energía y la distribución equitativa de
los bienes. Una seguridad integral, que
tenga claro que la pobreza, el hambre y la marginación también matan y a
momentos son causa de la inseguridad que vivimos.
Entonces, el Estado y la participación de la
ciudadanía como constructores de tejido social, son fundamentales para generar
lazos de solidaridad y atención que prevengan el involucramiento de la
población vulnerable y necesitada, en redes y grupos delincuenciales, pero sin
recurrir a ninguna intimidación ni violar derechos, y así enfrentar y vencer a
este enemigo social que desangra el país.
Los próximos gobierno y legislativo debe
trabajar incansablemente para superar esta cruel situación, comprometiendo a
todos los sectores en un esfuerzo común y una labor comunitaria para lograr los
objetivos de esa seguridad integral.
Y ante quienes ya están corrompidos…, nos levantamos como una comunidad de creyentes en un Dios padre bueno que conoce nuestras debilidades y que no quiere la muerte del pecador sino su conversión y vida. Presentamos también nuestra oración para recuperar el bienestar y la fraternidad. Sólo así volveremos a ser la “isla de paz” y justicia que todos añoramos. · #ComuniquemosEsperanza
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