Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 94 – 22 de agosto 2021
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Los subsidios: ¿a quiénes y por
qué?
La solidaridad
expresa de buena forma el vínculo entre la sociedad y el individuo. Es una acción decidida que prioriza el bien
común por sobre el bien individual".
(Mons. Fernando Chomali, "El
rol del Estado: el principio de subsidiariedad", junio 2020)
La subsidiariedad es uno de los principios característicos de la Doctrina Social de la Iglesia y que fue presentado en la Encíclica Rerum novarum (1891). Su formulación ha estado presente en referencia a la vida de la comunidad en cuanto a lo social, político o económico. La subsidiariedad es un principio de ética social que sistematiza la relación entre las personas, entre ellas y la sociedad en general, con el Estado en sus distintos niveles, y aún en la dimensión internacional.
Desde lo
económico, un subsidio es una ayuda monetaria que recibe una persona o entidad
de parte del Estado a efecto de compensar carencias o inequidades en sus
ingresos. En el país tenemos algunos subsidios, entre ellos el de Desarrollo
Humano o aquellos aplicables a la tarifa eléctrica, a los combustibles, al gas
doméstico, entre otros.
El subsidio a
los combustibles es el más conocido y polémico, y el que más conflicto ha
generado, pues su eliminación ocasiona la subida del costo de la gasolina y el
diésel. El Ecuador, en los últimos 10 años, anualmente ha gastado alrededor de
3 mil millones de dólares en este subsidio, lo que representa el 3% de PIB, el
22% de las exportaciones de petróleo y el 17% del Presupuesto General del
Estado.
La severa crisis
fiscal, la obligada derogatoria del decreto ejecutivo 883 que eliminaba los
subsidios a los combustibles (octubre 2019) y las sugerencias del FMI para la
firma del acuerdo de financiamiento, llevaron al gobierno anterior a fijar el
precio de los combustibles mediante el sistema de bandas (mayo 2020), que regula
los precios de los derivados de acuerdo a los costos internacionales del
petróleo.
Técnicamente es
favorable que la comercialización se dé a precios reales, pues evita el
contrabando, impide que se beneficien los grupos sociales y económicos de
mayores ingresos (transportistas, industriales, extranjeros) y permite
reorientar esos recursos hacia los sectores más necesitados. Sin embargo, socialmente
el tema es muy sensible, tanto que en nombre del pueblo, surgen discursos
radicalmente opuestos a la eliminación de este subsidio, con lo que favorecen a
la injusta distribución de los recursos del Estado y paradójicamente perjudican
al pueblo que dicen representar y defender.
Sobre el tema,
el Gobierno sostiene que el sistema de bandas de precios de los combustibles
debe continuar; e invita al diálogo a la Conaie, para buscar acuerdos y
reorientar esos fondos en beneficio de quienes más lo precisan.
Si bien la
oposición y resistencia son derechos constitucionales, existe una actitud
cultural negativa basada, muchas veces, en el desconocimiento y la arrogancia
que conducen al grito y la confrontación, acciones lejanas a la subsidiaridad y
solidaridad. La búsqueda de réditos políticos o económicos no cede y como casi
siempre el Ecuador pierde, y más aún quienes carecen de oportunidades de
educación, empleo, salud, de una vida digna. Subsidios sí, pero para quienes
más necesitan pues están en clara desventaja y sumidos en la extrema pobreza.
Asumamos corresponsablemente el futuro del país, superemos
la confrontación dañina. Despojémonos de intereses grupales, económicos,
partidistas, raciales y demos paso a un proceso democrático de reflexión y
trabajo conjunto que lleve a construir justicia y gobernabilidad, en paz. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe
es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de
reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar
y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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