Con los ojos
fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 68 – 21 de febrero 2021
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La universidad:
¿esperanza de un mejor Ecuador?
La Universidad encuentra su preeminencia en cuanto
sede de la razón, porque de las instituciones sociales, es la única en la que
dos características esenciales del ser humano se encuentran como constituyentes
igualmente fundamentales: el diálogo y la indagación. (Hernán Malo González sj).
La experiencia comunitaria
académica, complementariamente deriva otra tarea muy importante: formar,
capacitar y entrenar nuevos profesionales en las diferentes áreas que respondan
a las necesidades nacionales.
Contemporáneamente se insiste en que cualquier ejercicio humano y más si
es racional debe realizarse en forma ética; en consecuencia, la universidad,
debe incentivar una reflexión y compromiso deontológico en todos sus
miembros. En el caso de las
universidades católicas hay una tarea adicional: que busque una síntesis entre
razón, ética y fe.
El ser y tarea de la universidad,
adquiere pleno sentido cuando está comprometida con las realidades concretas
del país y de su gente. Su responsabilidad
ineludible es comprometer y exhortar a todos sus miembros para que con
rigurosidad, laboriosidad, exigencia y cumpliendo con los más altos cánones de
calidad a nivel universal, describan, expliquen y busquen salidas viables y
factibles encaminadas a solucionar los problemas y necesidades del país y de su
población.
La universidad ecuatoriana tiene
grandes retos: retomar el camino de la ciencia, la investigación rigurosa y la
tecnología, para dinamizar el desarrollo nacional. Debe ser crítica y autónoma frente a las
prácticas político-partidistas y a los gobiernos de turno. Reivindicar su rol de formadora de líderes
leales al pueblo, seres humanos coherentes y éticamente incorruptibles,
eficaces y eficientes en las competencias de su profesión y altamente
comprometidos con la sociedad y el bien común.
Una universidad clara en sus
objetivos, académicamente solvente, seria y responsable en lo que oferta y
produce, incorruptible en todos sus frentes, sensible al pueblo más pobre y
vulnerable. Una universidad que, desde y
para la sociedad, labore incansablemente para convertirse en agente que genere
cambios, bienestar y que promueva caminos para mejorar la calidad de vida de
todos.
El gobierno nacional y la propia
universidad tienen que fortalecer el sistema educativo, cuyo nivel superior
será la propia universidad, pero esta prioridad nacional tiene que ser objeto
de políticas de Estado por encima de políticas gubernamentales transitorias.
Al ser la educación uno de los
servicios fundamentales del Estado, tiene que ser de máxima calidad, tanto en establecimientos
públicos como privados. No podemos
aceptar la mercantilización de la educación particular en cualquiera de sus
niveles, como tampoco la desvalorización y masificación de la educación
pública.
Los
difíciles tiempos en que vivimos, reclaman con urgencia el pronunciamiento de
la academia - las universidades. Una
reflexión rigurosa y comprometida que presente soluciones viables a la múltiple
crisis que estamos viviendo y soportando. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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