Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 46 – 20 de septiembre 2020
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El Estado frecuentemente utiliza la educación formal como recurso
político; encarna a una sociedad injusta, inequitativa, excluyente, elitista,
represiva, permisiva… los individuos producto de la escuela deberán replicar
las características del sistema para que ser funcionales y actuar con los
mismos antivalores, actitudes y conductas.
Educación
y ¿futuro?
“Educar es el arte de despertar al ser
humano, para que consciente de sí mismo, de su vocación, de sus capacidades y
limitaciones, se vaya transformando en sujeto de su propio desarrollo”. Monseñor Leonidas Proaño.
El covid 19 es una tragedia que ha cobrado
millones de víctimas a nivel mundial. En
Ecuador sus efectos han sido devastadores. En lo económico vivimos una verdadera recesión, el fisco recibe mucho
menos de lo presupuestado y ha recurrido a un mayor endeudamiento interno y
externo. En lo social, el desempleo es
un azote generalizado, llegando la pobreza extrema al 30%. El sistema de salud ha colapsado y dejado en
evidencia sus fallas, carencias y necesidades.
Pero sobre todas ellas está la educación que atraviesa una verdadera tragedia y que en estos días está en la mesa de discusión en la imposibilidad de volver a la educación presencial y con las dificultades de la educación virtual. La educación es fundamental para la sociedad, la cultura y la humanidad. Si no hay educación eficiente no hay futuro y por lo tanto, hay el peligro que muera la esperanza del progreso.
La educación como acción intencional responde a una
visión o proyecto socio-político y se constituye como sistema educativo con dos
vertientes: la educación formal y la no formal. La formal constituida por una estructura escolarizada, y la no
formal dada por las referencias familiares, socioambientales, etc. La expansión de los medios de comunicación ha
sido determinante, particularmente las redes sociales que han sobrepasado el
ámbito de influjo de todas las formas socio-culturales. La Acnur hace notar que “en el siglo XXI, la
tecnología no reemplazará la labor educativa como tal; simplemente, buscará
hacerla más eficaz”.
Con el covid 19 el sistema educativo demostró
sus grandes falencias, retrocedió 50 o 60 años dejando a miles de niños,
adolescentes y jóvenes fuera; 4,6 millones de niños ecuatorianos serían los
afectados por la crisis educativa, según la Unicef, 6 de cada 10 niños no
pueden estudiar porque no tienen acceso a internet. La burocracia creyó fácil pasar de una
modalidad presencial a otra virtual. Son
modelos educativos distintos, los sujetos, agentes, recursos y métodos son
diversos, y por último, se redujo el presupuesto para educación.
Nuestro país tiene experiencias exitosas de
educación a distancia: las Escuelas Radiofónicas Populares – ERPE, el Sistema Fe
y Alegría - IRFEYAL y la Universidad Técnica Particular de Loja - UTPL, pionera
en educación universitaria. Estas tres experiencias
y otras de América Latina han tenido éxito en esta modalidad, porque fueron pensadas,
planificadas, organizadas y ejecutadas racional y eficazmente.
La crisis educativa que estamos sufriendo puede convertirse en
oportunidad para tomar conciencia de la educación como un derecho universal y
gratuito; considerarla como prioridad de cualquier gobierno y acogerla como
obligación de todos, particularmente de los padres de familia, que deben velar
por la calidad de la educación formal y no formal de sus hijos. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos
fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros
de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de
estas cartas.
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