Con
los ojos fijos en Él
en la realidad
y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 201 –10 septiembre 2023
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La esperanza en los
tiempos difíciles
Papa
Francisco, discursos entre 2015 - 2019
En Ecuador vivimos con miedo, desconfianza y angustia sobre nuestro
futuro personal, familiar y como país.
La desesperanza se ha incrustado en lo más profundo de nuestra alma.
El 15 de octubre elegiremos un nuevo presidente o presidenta, pero pocos
expresan convicción, confianza y entusiasmo; un trámite que cumpliremos con
desgano y a la fuerza.
Muchas personas no ven una salida; la inseguridad y la violencia con
todas sus variantes pesan como una losa insoportable en nuestras conciencias. Con
las formas más crueles, se viola el derecho más fundamental: la vida… con dolorosas
consecuencias en los ámbitos político, económico y social. Si a esto añadimos la falta de empleo, la
ausencia de una adecuada salud y educación públicas, no es extraño que se
piense que somos un Estado fallido, a merced de las diferentes mafias
politiqueras y narcotraficantes. Es por
ello que muchas personas, corriendo peligros, se arriesgan a migrar en
condiciones inhumanas.
Se puede achacar a los últimos gobiernos nuestra situación actual, al
haber destruido la poca institucionalidad, la mediocridad, la corrupción
generalizada, la inoperancia y la indiferencia ante el dolor del pueblo. No se puede confiar en la justicia y hay
serias dudas sobre la probidad de sectores importantes de las fuerzas de
seguridad. Los partidos y movimientos políticos son incapaces de consensos
mínimos, mientras triunfan los oportunistas y arribistas, falsos mesías de
promesas imposibles.
Si lo antes señalado es grave, hay algo peor: se han quebrado las redes
de solidaridad y son suplantadas por individualismos y egoísmos donde impera el
“sálvese quien pueda”. Ideologías
falaces como “usted puede ser un emprendedor”, “si quiere, puede lograrlo”, y
otras supuestas recetas de autoayuda, más la falsa meritocracia, contribuyen a
mantener el estatus quo. Se
quiere negar el dolor, la enfermedad y el sufrimiento, pero cuando no se logra
o no se cumplen esas expectativas… esa negación sólo genera frustración y
resentimiento. Esto es especialmente serio
en el caso de los adolescentes y jóvenes, que son captados en grupos
delincuenciales ante la impotencia de sus familias. Cuando no, el incremento de suicidios se
ha convertido en un problema de salud pública a todo nivel.
¿Es posible renovar nuestra esperanza en medio de esta angustiosa
situación? En la Comisión Justicia y Paz pensamos
que no sólo es posible, sino que es absolutamente necesario, si queremos
restaurar y recuperar la patria. El papa
Francisco nos recuerda que, en los tiempos difíciles, Jesús Resucitado es la
esperanza. Nuestra esperanza no es en
algo abstracto, sino en alguien concreto: Cristo, el Señor.
El crecimiento personal debe iniciar y continuar a lo largo de la vida,
pero sin individualismos ni filosofías egocéntricas que crean personas aisladas
y separadas de los demás. Somos seres
sociales que necesitamos a los otros para vivir en armonía con nosotros
mismos, donde la esperanza recupera y da sentido a la vida y la existencia,
para lo que es preciso restablecer los principios y valores de respeto a
vida y la naturaleza, pues siendo todos hijos de Dios, nos hacen a la vez
plenamente humanos y hermanos, unos de otros.
Recuperemos los lazos familiares, sociales… debemos asumir nuestras identidades culturales,
reconociéndonos diversos pero iguales en dignidad y derechos. Es importante crear nuevas redes
comunitarias o mantener las existentes, donde compartamos, nos cuidemos,
donde crezca la amistad y el trabajo conjunto para el bien común.
La esperanza, en tiempos difíciles, es también lograr paciencia y constancia,
una tarea conjunta, un combate permanente de decisiones y acciones concretas en
favor del buen trato, la justicia, la fraternidad y la paz. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos
fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los
miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través
de estas cartas.
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