Con los ojos fijos en Él
en la
realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 189 –
18 junio 2023
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El desafío de construir la igualdad de
género
“No se puede conseguir un mundo
mejor, más justo, más inclusivo y plenamente sostenible sin la contribución de
las mujeres. Así que debemos trabajar,
todos juntos, para ofrecer la igualdad de oportunidades a hombres y mujeres, en
todos los contextos, para lograr una situación de igualdad en la diversidad,
estable y duradera… El pensamiento de
las mujeres es diferente al de los hombres, están más atentas a la protección
del medioambiente, su mirada no se dirige al pasado sino al futuro… dan a luz
con dolor para lograr una gran alegría: dar vida y abrir vastos y nuevos
horizontes” Papa Francisco, marzo 2023
Ante las nuevas elecciones afloró el tema de la igualdad de
género. Inicialmente el Consejo Nacional
Electoral (CNE) sostuvo que las listas de candidatos para presidente y
vicepresidente sean paritarias a partir de las elecciones de 2025, argumentando
que las del 2023 son extraordinarias, pero que aplicarán el 30% de paridad en
las listas para asambleístas.
Ante esta decisión del CNE, varias organizaciones ciudadanas
levantaron su voz, señalando que la ley dice “elecciones subsiguientes
posteriores a la vigencia de la ley” por lo que debe aplicarse ya. Esto muestra la lucha por la paridad que
promueven varias organizaciones, especialmente de mujeres, que sienten un
machismo vigente y la vulneración de sus derechos en los procesos democráticos.
Por la presión social, el Tribunal Contencioso Electoral
determinó que los binomios presidenciales y listas pluripersonales deben
cumplir la paridad entre hombres y mujeres.
Aunque este parece un gran logro para cumplir la Constitución de la
República, que reconoce el derecho a una vida libre de violencia en el ámbito
público y privado (art. 66), y establece que el Estado promoverá la
representación paritaria de mujeres y hombres y que en las candidaturas a las
elecciones pluripersonales se respetará su participación alternada y secuencial
(art. 65). El camino para lograr una verdadera igualdad aún es largo.
No porque haya una participación del 50% significa que se
haya superado el machismo. Poner en las
listas a mujeres de candidatas no garantiza que se hayan escogido a las mejores
ni reconoce el gran valor que tienen a nivel profesional, social, cultural,
ético y familiar, pues en algunos casos se las escogen de ‘relleno’. Hay mujeres que contribuyen a eso, porque, al
igual que los hombres, aceptan candidaturas sin tener la experiencia ni la
capacidad profesional o técnica y, lo peor, buscando solo el interés personal y
no el de el bien común.
Es valiosa la presencia de mujeres líderes que, además de
cumplir con el rol de madre, esposa, compañera, en nuestra sociedad machista,
lo cual implica doble esfuerzo, sacrificio, riesgo, trabajan por el bien de la
sociedad con entrega, eficiencia, dedicación, detalle, ternura, servicio,
belleza, laborando incansablemente por una sociedad más justa, solidaria,
inclusiva, equitativa.
Estos nuevos roles que las mujeres cumplen para servir a la
sociedad, exigen a los hombres una responsabilidad y participación mayor en el
cuidado y atención de los hijos, como en las tareas domésticas para que las
mujeres no realicen jornadas extenuantes.
La participación en igualdad de condiciones en la vida
social, cultural, política y económica garantiza que, tanto las políticas
públicas y privadas, como los valores, las normas y las prácticas culturales,
reflejen los preocupaciones y experiencias conjuntas y los tengan en cuenta,
pues los intereses de unos generan desequilibrios que socavan el desarrollo
sostenible del país.
Hay igualdad de género cuando las medidas aplicadas “de
arriba abajo” se complementan plenamente con el apoyo recibido “de abajo
arriba”. El respeto de la diversidad
cultural y los derechos culturales es compatible con la igualdad de género si
se inscriben en un marco de derechos humanos que favorezcan la integración y el
acceso a los derechos y las responsabilidades. La promoción y valorización de
la igualdad de género está directamente relacionada con el respeto de la
dignidad humana, esencial para el desarrollo integral y para la construcción de
la justicia y la paz.
"Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una
publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones
periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer
alternativas, a través de estas cartas.
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