Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz
carta No. 179 – 9 abril 2023
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La Paz se construye sin armas
En Ecuador vivimos nuestra propia pasión y muerte. Estamos amenazados
constantemente por una violencia irracional a manos de narcotraficantes, terroristas
y delincuentes, sin ningún respeto para la vida o los bienes de las personas. Es un ambiente de terror, donde el miedo y la
desconfianza crecen, personas inocentes son agredidas, torturadas y asesinadas…
reflejan a Cristo crucificado.
En este clima de violencia no es extraño que desde distintos
sectores de la sociedad se haya pedido al gobierno que facilite medios para su defensa. El Presidente de la República con el decreto ejecutivo
707, permite la tenencia y porte de armas para la sociedad civil. Años atrás estaba ya regulado este aspecto, sin
embargo, el gobierno de turno lo anuló. La
apertura actual, no implica una desregulación total para el uso libre e indiscriminado
de armas, pues hay diez requisitos que se deben cumplir. Por otra parte, nadie puede negar el derecho a
la legítima defensa como indica el art. 33 de nuestro Código Orgánico Integral Penal,
así como en la Doctrina Social de la Iglesia que la justifica en situaciones excepcionales
como nos recuerda el Papa Francisco: “…cuando hay que defenderse no queda otra que
tener los elementos para defenderse…” (enero 2023).
Ante esta controversia social, generada por este decreto presidencial,
desde la Comisión ecuatoriana de Justicia y Paz queremos aportar con algunos criterios
que nos ayuden a discernir y clarificar esta situación. Los poderes públicos, de su parte tienen la responsabilidad
de evaluar nuevamente la situación del país y de ser necesario, rectificar cualquier
medida para ajustarla a las necesidades reales del pueblo y adicionalmente justipreciar
las posibilidades de eficacia y efectividad.
El Estado tiene la obligación de garantizar la paz y dar seguridad
a la ciudadanía y no es apropiado delegar esta responsabilidad al pueblo. Una parte
del incremento de la violencia se debe a una cultura de impunidad que se relaciona
con la ineficiencia, corrupción y ausencia de justicia. Es imposible lograr la paz
sin justicia, por ello debemos exigir el pleno ejercicio y respeto de los derechos
de todas las personas.
La experiencia en otros países, como Estados Unidos o Brasil,
demuestra que donde hay posesión y uso de armas, no disminuye la violencia, más
bien la incrementa. Si en Ecuador avanzáramos
por esa misma senda, es posible que las armas se utilicen más allá de la legítima
defensa; que incluso los delincuentes encuentren formas para superar los reglamentos
y controles establecidos; que sean las personas con mayor poder económico y/o político
las que tengan el acceso a las armas, mientras que las más pobres queden totalmente
indefensas. Además, si los delincuentes creen
que las personas a las que van a asaltar pueden estar armadas, posiblemente disparen
primero para no correr riesgos…
Es urgente trabajar por la cultura de la paz, fortaleciendo los
lazos y relaciones sociales para enfrentar la violencia desde la organización ciudadana
con vínculos de solidaridad, fomento de la justicia, fortalecimiento y equipamiento
de la policía, creación de trabajo, educación de calidad, salud para todos y de
esa manera vencer la violencia y la inseguridad.
Es tarea de todos, superar este calvario de violencia y muerte
para acceder a la Pascua de Resurrección con una vida más plena y fraterna, con
Justicia que lleve a la PAZ. ¡Felices Pascuas! •
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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