Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 127– 10 de abril 2022
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Rehacer la vida desde
la Fe, la Esperanza y el Amor
La parábola del buen samaritano (Lc. 10, 30-37), nos muestra con
qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres
que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una
sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos, levantan y rehabilitan al caído,
para que el bien sea común (Fratelli Tutti, 67). Papa Francisco, octubre 2020.
Nos
hemos acostumbrado a recibir, a través de los medios de comunicación, noticias
que nos llenan de inquietud, angustia, miedo y desesperanza. Desde las terribles imágenes de guerras
criminales y absurdas, como la que sufre Ucrania, hasta las que vemos en el día
a día en nuestro querido Ecuador: violencia y crímenes en las cárceles y en las
calles, corrupción, impunidad, pugnas politiqueras que obedecen a intereses
particulares, angustia por no tener medios de vida (falta de trabajo o salario
insuficiente), desesperación por no acceder a una adecuada atención de salud,
etc.
En
muchos aspectos, el sistema tiene un rostro inhumano, analistas de diferente
signo y orientación ideológica nos proponen diagnósticos sesudos e incluso
propuestas de superación de los problemas, lo que nos falta es poner en
práctica esas alternativas de solución. Entonces, ¿debemos resignarnos?
¡Ciertamente no! Porque hay
muchas experiencias de mujeres y hombres, que desde la fe y/o desde sus
convicciones de humanidad, se esfuerzan cotidianamente por construir un mundo
de justicia y de paz, con la única arma de todo creyente, el amor.
Destacamos
el trabajo de tantos laicas, laicos, religiosas, religiosos y sacerdotes que
traducen su fe en obras, tal como el buen samaritano, que acoge al hermano
caído y descartado, lo levanta, lo cuida, lo acompaña, restaura su dignidad y
fortalece la esperanza… o el de tantas organizaciones sociales y ONG de inspiración
cristiana cuya vocación es el servicio a los pobres y vulnerables.
Así
mismo, frente al actual caos político y la pérdida de institucionalidad que
envuelve las altas esferas políticas; en muchas comunidades de nuestro país se
siguen promoviendo, espacios de participación ciudadana, con personas
empoderadas y organizaciones que buscan por todos los medios posibles el bien
común y que los gobiernos descentralizados sean auténticos servidores.
En
el campo de la salud, por ejemplo, las instituciones públicas declaraban la
falta de recursos económicos y la escasez de suministros, sin embargo,
encontramos personas sensibles, sacrificadas, entregadas a su labor en lo peor
de la pandemia del covid 19; que trabajaron con el espíritu de auténtica
vocación, al cuidado de la vida.
Una experiencia concreta ha sido la de un grupo de 22 instituciones de la zona 1, que han unido esfuerzos con el Ministerio de Salud Pública (MSP) y con las instancias de Naciones Unidas, Unión Europea y ONG nacionales e internacionales, para movilizar recursos, contar con promotores de salud comunitaria, promover y facilitar la vacunación, concretamente en las comunidades indígenas y afrodescendientes más alejadas y marginadas. En particular, el FEPP apoyó al MSP, en una acción conjunta, para vacunar a todas las personas de las comunidades de la nacionalidad Waorani de la provincia de Orellana y el norte de Pastaza.
Cómo este, hay cientos de ejemplos, dedicados a romper las brechas de inequidad, en los campos de la salud, educación, economía solidaria, protección de derechos, el cuidado de la casa común etc., compartir estas experiencias nos anima a ser prójimo de todos y todas. Estos testimonios son expresiones del Espíritu que guía y rehace el caminar de la Iglesia en la historia y que nos llama hoy a ser testigos del amor de Dios, en clave de fraternidad universal; “Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante”. Este es el sueño: “una única humanidad… hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos” (FT 8). · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
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