Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 126– 3 de abril 2022
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La
Política: una de las formas
más preciosas de la caridad
Es caridad
acompañar a una persona que sufre, y también es caridad todo lo que se realiza,
aun sin tener contacto directo con esa persona, para modificar las condiciones
sociales que provocan su sufrimiento. Si
alguien ayuda a un anciano a cruzar un río, y eso es exquisita caridad, el
político le construye un puente, y eso también es caridad. Si alguien ayuda a otro con comida, el
político le crea una fuente de trabajo, y ejercita un modo altísimo de la
caridad que ennoblece su acción política (Fratelli
Tutti, 186). Papa Francisco, octubre 2020.
Suena raro un titular que hable bien de la Política. La Política está muy desprestigiada y es rechazada por la colectividad, por todo lo que hemos visto, oído y palpado. Sin duda alguna, la politiquería se ha apropiado de la Política.
De
entrada y sin tapujos, la Política es vocación al servicio del pueblo, como
ciencia y como acción humana, busca, ante todo, el bien común, se mueve en
el ámbito de lo público y privado. Es
cotidiana. Trabaja incansablemente por
articular y construir una sociedad justa, solidaria, sin descartados ni
marginados, sin privilegiados ni olvidados. La politiquería, por su parte, abunda por doquier. En lugar de servir, busca y consigue servirse
del país, engañando y sacando provecho de cualquier oportunidad. Es común encontrar politiqueros que viven de
una forma en público y de otra en privado.
Ante
esa politiquería que destruye y carcome la Patria, hace falta rehabilitar la
Política, sacarla de ese escenario degradado, vilipendiado, desvergonzado,
alejarla de la corrupción, impunidad, ineficiencia, compadrazgo, componenda,
diatriba… Urge restablecer la
Política como una altísima vocación de servicio y entrega al bienestar del
ser humano, mejorarla para que esté al servicio del bien común.
Está
claro que el mundo y nuestro país para funcionar necesitan de la Política y no
de la politiquería. Para alcanzar la
justicia social, la equidad, la paz social, vencer la pobreza, desterrar la
violencia, extirpar la guerra. Para convivir
en armonía, respetar las leyes, construir ciudadanía, dotar de servicios
básicos a toda la población… debemos sembrar, cuidar y cultivar una Política
integral, sistémica, participativa, sin agendas ocultas, orientada a
conseguir y alcanzar el bien común.
Como
pueblo, debemos ejercer nuestra ciudadanía y participar activa y
responsablemente en Política, dejar de creer que sólo eligiendo ya cumplimos
con nuestro deber político. Debemos ir
más allá. Sumergirnos en la tarea
permanente de construir una nueva sociedad desde nuestro quehacer político en
las tareas que cumplimos diariamente. Es, por tanto, una obligación ética y moral que nos involucra y exige
participación activa en todos los ambientes en los que se dice y hace
política.
Necesitamos
una Política libre de corrupción e impunidad, honesta, sincera, consecuente y
condescendiente, que no se someta indiscriminadamente a la economía y a la
tecnocracia, que busque el bien común al corto, mediano y largo plazo, que
lidere los cambios convocando a los otros, a todos.
La
politiquería suele utilizar mecanismos para exasperar, exacerbar y polarizar a
la sociedad, sin posibilidades de puntos de encuentro que permitan dilucidar
caminos e implementar estrategias para enfrentar la compleja, complicada
y angustiante realidad socioeconómica en la que viven millones de
personas. La realidad popular reclama y
grita acciones que le permitan superar su dolorosa realidad. La politiquería se encierra en su gueto
espurio, sacrifica al pueblo que le elige y da rienda suelta a sus intereses
personales o de grupo.
El Papa Francisco advierte que en
la Política existe lugar para amar con ternura: en medio de la actividad
política, los más pequeños, los más débiles, los más pobres deben
enternecernos, tienen "derecho" de llenarnos el alma y el corazón
(cf. Fratelli Tutti 194). El amor
político se expresa en la apertura a todos, sin distinción. Por lo tanto, estamos llamados a escuchar el
punto de vista del otro facilitando que todos tengan un lugar, “es un
intercambio de ofrendas en favor del bien común” (Fratelli Tutti 190). ·
#ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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