Con los ojos
fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 88 – 11 de julio 2021
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Vivienda digna: un sueño esquivo
En
estos últimos años, el problema de la casa se ha vuelto extraordinaria-mente
más agudo, a causa, sea del crecimiento de la población, sobre todo en las ciudades,
sea de los traslados por motivos de trabajo, sea también por la búsqueda de
mejores condiciones de vida. Los efectos saltan a la vista: creación de
megalópolis, surgimiento de cinturones periféricos con condiciones de vida
sub-humanas, marginación, miseria. Juan
Pablo II, 1987.
En Ecuador hay conjuntos privados amurallados, con casas lujosas, con todas las comodidades, servicios, guardianía; y también barrios marginales, con "casitas" que apenas tienen cuatro paredes, carentes de comodidades, sin servicios básicos, sumergidos en la inseguridad, sin vías de comunicación ni transporte. Estos dos extremos conviven a consecuencia de la iniquidad, injusticia, concentración de la riqueza, corrupción, impunidad, entre otras causas.
El Banco Mundial (BM) señala que en Latinoamérica dos de cada tres
familias necesitan una mejor vivienda, no una nueva. Mientras que el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), indica que más de dos millones de hogares
ecuatorianos sufren déficit habitacional, de los cuales, 1,2 millones están en
áreas urbanas (21% con déficit cualitativo, es decir, que deben ser mejoradas
en sus materiales, espacio y servicios básicos) y 850 mil en áreas rurales (38%
de déficit cualitativo). A pesar de que muchas familias pobres han conseguido
un lote a través de traficantes de tierras, se registra un déficit aproximado
de 500 mil viviendas lo que evidencia la gravísima problemática habitacional,
que los gobiernos de turno, en sus campañas electorales, han ofrecido
solucionar y no han logrado cumplir.
La Constitución establece que “las personas tienen derecho a un
hábitat seguro y saludable, y a una vivienda adecuada y digna, con
independencia de su situación social y económica”, sin embargo, ese derecho se
ha convertido en un sueño muy lejano para familias que trabajan toda su vida
para alcanzar un techo propio, sin lograrlo por los precios altos y los sueldos
bajos, que impiden tener algún ahorro.
Según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC),
aproximadamente 2,7 millones viven en inmuebles alquilados y hasta el 2018 el
déficit de vivienda llegaba al 12,4% a nivel nacional. Esto representa que más
de 573 mil familias no cuentan con casa propia y cada año se incrementa la demanda
en alrededor de 60 mil nuevas viviendas. Si no se logra establecer una política
estatal decisiva, este problema se acrecentará y cada vez serán más hogares los
que requieran vivienda digna para crecer como personas y ejercer su derecho al
empleo, a la educación, la participación, la salud, la protección social, ya
que "es necesario que los gobiernos pongan todo su empeño para que el desarrollo
económico y el progreso social avancen al mismo tiempo y para que, a medida que
se desarrolla la productividad de los sistemas económicos, se desenvuelvan
también los servicios esenciales, como son, por ejemplo carreteras,
transportes, comercio, agua potable, vivienda, asistencia sanitaria...” resaltó
el papa Juan XXIII (Pacem in Terris, 1963).
"En este sentido
–subrayó el papa san Juan Pablo II– los católicos que gozan de responsabilidad
en la vida pública, y cuantos se interesan por el problema de la casa,
particularmente las administraciones locales, son exhortados a ofrecer su
contribución, a fin de disponer políticas adecuadas que puedan hacer frente a
las situaciones de más urgente necesidad y a remover los obstáculos que impiden
encontrar las modalidades concretas, económicas, jurídicas y sociales, aptas a
poner por obra condiciones más favorables a la solución de estos problemas"
(¿Qué has hecho de tu hermano sin techo?, 1987) · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una
publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones
periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer
alternativas, a través de estas cartas.
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