Con los ojos fijos en
Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 51 – 25 de octubre 2020
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Demandamos de los partidos, movimientos, candidatos
y especialmente de las autoridades electorales, el respeto irrestricto a la
Constitución, a la ley, a la democracia y, especialmente, a la ética personal,
institucional y política, que garantice la elección de los ciudadanos escogidos
por los sufragantes, respetando fielmente a la voluntad popular expresada en
las urnas.
¡Por unas
elecciones libres, democráticas y transparentes!
Ecuador es un país democrático.
Un país que se gobierna por la voluntad popular que se expresa
regularmente a través de elecciones en las que se eligen los mandatarios para
que presidan en nombre de todos. Si no
hay elecciones libres, democráticas y transparentes, no hay democracia y los
elegidos fraudulentamente serían un gobierno de facto, ilegitimo e ilegal.
Para garantizar la democracia, se ha establecido el sistema electoral, conjunto de leyes, organismos y procedimientos destinados a organizar y controlar las diversas etapas para llegar a elecciones y a la proclamación de sus resultados. Sistema con varios protagonistas: la ciudadanía con capacidad de sufragar, los partidos y movimientos políticos, los candidatos y las autoridades administrativas, políticas y jurídicas que intervienen en el proceso.
Este sistema está normado por la Constitución Política, el Código de
la Democracia, la Ley de partidos políticos y otros cuerpos legales vinculados
al sufragio. La legislación es tan
amplia y compleja que causa serios problemas en su aplicación. El exceso de leyes, códigos, reglamentos,
acuerdos y más, no garantiza una verdadera, confiable y oportuna justicia
electoral, sino más bien, aumenta los problemas.
Las últimas reformas al sistema electoral han introducido novedades,
pero no han logrado aclarar el panorama.
Se busca reforzar a los partidos políticos, eliminando la posibilidad de
escoger candidatos de diferentes listas y obligando al voto ‘en plancha’ o por
lista cerrada. Pero quedan pendientes,
entre otros temas, el financiamiento de la campaña y el del reparto de curules.
Un tema acuciante en el sistema electoral ecuatoriano es el de los
organismos rectores del sufragio, desde la experiencia del pasado inmediato y
el actual funcionamiento del máximo organismo rector, hay un sentimiento
generalizado de desconfianza ciudadana y de inseguridad. Lejos está de ser la ‘garantía de la
democracia’, esperamos que no se repitan apagones y obscuridades en el
sistema. Además, el exceso de partidos y
movimientos políticos y la proliferación de candidatos no significa una mayor
democracia, todo lo contrario, es una democracia endeble y fácilmente
vulnerable.
Las trampas y esquinazos están a la orden del día. La aplicación de la ley electoral es
subjetiva, depende de la mayoría, situación inaceptable ya que fractura el
espíritu de la ley y llena de dudas a la ciudadanía. Es indispensable devolver seguridad al
sistema y eso se logrará solamente si se institucionaliza el organismo por
encima de subjetividades y mayorías coyunturales para cumplir consignas.
Demandamos a la
ciudadanía votar con responsabilidad histórica, escogiendo con criterio a los candidatos
más capaces y más honestos, en función de país. Que sea una decisión democrática y positiva,
que busque superar la corrupción e impunidad estructural y proyecte un futuro
de transparencia, trabajo y dignidad para el pueblo. · #ComuniquemosEsperanza
Con los
ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros
de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de
estas cartas.
Es así tenemos que ser muy responsables al dar nuestro voto en las próximas elecciones, pues el Ecuador tiene que salir ya de tanta corrupción. Las autoridades del país están OBLIGADOS de ser ejemplo de honestidad para la juventud.
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