Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 299 – 27 de julio 2025
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Emergencia climática
¿estamos preparados?
“Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar,
los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede
ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos,
períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que
son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos
afecta a todos”. Papa Francisco, Laudato Si’, n. 5
Estuvimos acostumbrados a percibir al cambio
climático como una amenaza lejana, que difícilmente afectaría nuestra vida
cotidiana. Esta misma visión persiste entre los líderes políticos, que lo
ignoran o actúan con medidas mínimas y retóricas. Sin embargo, vivimos ya una
emergencia climática, y nuestros gobiernos carecen de visión y capacidad para
enfrentarla. El cambio climático se ha intensificado drásticamente y ahora lo
sentimos con mayor fuerza. Veamos algunos hechos recientes.
Cerca de 400.000 personas en el sur de Quito
se quedaron sin agua por un deslave que destruyó parte del proyecto Mica-Tambo.
En 2023, el deslave en Alausí causó 65 muertes y más de 100 desaparecidos; en
2022, un aluvión en La Gasca dejó 28 fallecidos. Estos eventos, antes
improbables, se han vuelto frecuentes por las intensas “bombas de lluvia”,
efecto directo del cambio climático. En todos los casos, la fuerza de la
naturaleza superó la escasa prevención y la débil capacidad de respuesta
Entre el 2 y el 23 de julio se suspendieron
los oleoductos SOTE y OCP, reduciendo la extracción petrolera en más del 90 % y
generando cuantiosas pérdidas fiscales. La causa fue la erosión regresiva del
río Coca, que amenazaba con destruir los oleoductos, el puente sobre el río
Loco e interrumpió la carretera a Lago Agrio. El detonante inmediato: lluvias
excesivas, otro efecto del cambio climático. El problema de fondo: la erosión
provocada tras la ruptura de la cascada de San Rafael, consecuencia de la imprudente
construcción del proyecto Coca-Codo Sinclair en una zona geológica y
sísmicamente inestable. Esta erosión, desatada en 2019, no ha sido controlada y
aún amenaza con destruir la represa.
Construir hidroeléctricas sin manejar
adecuadamente sus cuencas, afectadas por deforestación y cambio climático, ha
sido un grave error. El estiaje de 2024 —el peor en 60 años— provocó apagones
de hasta 14 horas. En lugar de apostar por energías limpias, se contrataron
plantas termoeléctricas, sin políticas claras para frenar la deforestación en
cuencas como las del Coca y Paute, lo que agrava aún más la crisis.
En Ecuador se consumen diariamente alrededor
de 3.000.000 de galones de diésel y 3.200.000 de gasolinas, lo que también
contribuye al calentamiento global. En la misa por la custodia de la creación,
celebrada el 9 de julio de 2025, el Papa nos cuestionaba:
“Tantos de los desastres naturales que vemos
en el mundo, en varios lugares y países, son producidos, en parte, por los
excesos del ser humano, a causa de su estilo de vida. Por eso debemos
preguntarnos a nosotros mismos si estamos viviendo o no esa conversión que es
tan necesaria”.
La emergencia climática nos afecta de muchas
formas, pero pocos parecen tomar conciencia, ni asumir la responsabilidad de
cuidar el planeta para las futuras generaciones. Las autoridades muestran
desconocimiento, escasa capacidad de respuesta y falta de visión. Son contadas
las acciones para preservar bosques, frenar la deforestación o impulsar
energías limpias. El Papa León XIV también ha señalado esta injusticia
ambiental:
“La injusticia social provocada por las
catástrofes naturales y la pérdida de biodiversidad debe revertirse para lograr
una transición ecológica justa, que ponga en el centro al medio ambiente y a
las personas”.
No olvidemos que “lo que ocurre en cualquier
lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir
dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: ‘todo está
conectado’ y ‘nadie se salva solo’” (LS 19). #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.