Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 136– 12 de junio 2022
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El
escándalo de la
Desnutrición Crónica Infantil
“Duele constatar además que la
lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la «prioridad
del mercado» y por la «preminencia de la ganancia», que han reducido los
alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso
financiera. Y mientras se habla de
nuevos derechos, el hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y pide
carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una alimentación
de base sana. Nos pide dignidad, no limosna.”. (Papa Francisco en la FAO, noviembre 2014)
A más de
festejar el Dia del Niño, debemos reflexionar y actuar sobre la realidad
infantil tanto en el mundo como en nuestro país. Debemos superar la actitud contemplativa de
mirar y dejar pasar, de no incomodarnos ante la gravedad de, especialmente, la
desnutrición infantil.
Según
Unicef, la desnutrición infantil es la falta de una dieta suficiente, variada y
nutritiva, más el padecimiento de enfermedades infecciosas. Se evidencia por el bajo peso corporal y la menor
estatura, comparados con los valores normales.
Hay diferencia entre la desnutrición (carencia de alimentos) y la mal
nutrición (exceso de alimentos) que producen obesidad.
La
desnutrición es uno de los problemas más dolorosos que sufre la humanidad. Según la FAO, alrededor de mil millones
padecen hambre y entre ellas, cerca de 200 millones de niños y niñas menores de
cinco años. En Ecuador, a 2018, se
estimaba que el 28% de menores de dos años padecían de Desnutrición Crónica Infantil
(DCI).
Las
consecuencias de la DCI son graves. A
pesar de que su presencia se constata en los primeros años de vida, sus efectos
negativos afectan permanentemente: bajo desarrollo cognitivo, ingreso tardío al
sistema educativo, mayor deserción escolar, y cuando adulto, gran riesgo de desarrollar
enfermedades crónicas, menor productividad y, en consecuencia, dificultades
para la inclusión laboral y social.
Ante
esta situación hay que poner especial atención a los ‘1000 días críticos’, contados
desde embarazo hasta los dos años de vida, tiempo en
el que ocurre el desarrollo fundamental del niño; la falta de atención a la
salud de la madre y del niño en este periodo, afectará su desarrollo
intelectual para el resto de su vida, además de otras consecuencias como: mal
funcionamiento de su sistema neurológico y digestivo, presencia de anemias,
pérdida de masa muscular, débil sistema inmunitario…
¿Causas de
la DCI? Primer nivel – inmediato: alimentación insuficiente, atención
inadecuada, presencia de enfermedades; Segundo nivel: falta de acceso a
alimentos, ausencia de atención sanitaria, agua potable y saneamiento; y Tercer
nivel – estructural: pobreza, desigualdades sociales y limitada educación de
las madres. También existen otras causas
adicionales: carencia de políticas públicas para el desarrollo rural, viviendas
inadecuadas, infraestructura sanitaria deficiente, además de insuficientes
centros de desarrollo infantil y mala calidad en la atención.
Ante esta realidad, urge que las entidades responsables diseñen,
instrumenten y ejecuten políticas públicas que garanticen el cuidado y
desarrollo armónico del niño sano centrado en la lactancia materna, la atención
médica integral, planes de vacunación, alimentación adecuada, acceso al agua
potable y saneamiento, estimulación temprana y, principalmente, cuidado y
cariño.
Indudablemente,
habrá otras cuestiones que atender, como el fortalecimiento del sistema
educativo, especialmente en el sector rural; educación y capacitación para los
padres de familia, docentes, y responsables de su
atención, así como acceso a trabajo digno, a fin de que dispongan de los
recursos para el cuidado de sus hijos.
El Papa Francisco señaló que "es un escándalo que todavía
haya hambre y malnutrición en el mundo (…) el planeta está marcado por el
consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimentos” (2013), por esa
razón, debemos poner fin a la DCI. El
país no puede esperar ni un día más. El
Estado tiene que tomar acciones ya, y la sociedad civil debe asumir sus responsabilidades
y en minga, juntos trabajar para encontrar soluciones a esta pandemia
infantil. No olvidemos que los niños
son el presente del futuro de nuestro Ecuador. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en
El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.
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