Con los ojos fijos en
El
en la realidad y la
fe
Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz
carta
No. 22 - 25 marzo 2020
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“Yo tengo esperanza en la
humanidad, tengo esperanza en los hombres y en las mujeres de esta humanidad,
tengo esperanza en los pueblos”. Unos
pueblos que “van a tomar de esta crisis
enseñanzas para revisar su vida, vamos a salir mejores”. (Papa Francisco 22/03/2020), puesto que el Señor nos dice “yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; de lo pasado no
habrá recuerdo ni vendrá pensamiento sino que habrá gozo y alegría perpetua por
lo que voy a crear” (Is 65).
¡Quédate en casa! Todo estará bien…
Lo que
estamos viviendo nos asusta, el miedo se generaliza y nos afecta, reacción
lógica ante el avance y los resultados de la pandemia, pero no debemos
quedarnos en el temor y menos aún en el derrotismo. Debemos confiar en Dios y en nosotros mismos,
dar un paso adelante y llenarnos de esperanza y solidaridad.
Esta pandemia está mostrando que somos una
sola humanidad, todos los pueblos, todas las naciones, cada una de las
culturas. Nadie esta fuera ni sobra,
todos estamos dentro. Por eso para
superar esta crisis debemos enfrentarla de manera conjunta, unidos. Estamos constatando la enorme reserva de
solidaridad que hay en nuestro mundo, que ya empieza a fluir, sentirse y
evidenciarse por todo lado. El mundo
está cambiando vertiginosamente. La
humanidad será otra después de esta pandemia.
La filósofa Adela Cortina reflexionando al respecto apunta que "cambiará toda la estructura social y
económica. Esto nos obliga a hacer uso
de nuestra libertad personal, a pensar en lo que hacemos en relación con los
demás, con el país. Es el momento de
cargarnos de una visión cívica" (22/03/2020). Y ahí está el meollo de lo que tenemos que
hacer. Cada persona, más aún si se
identifica como cristiana, en uso de su libertad, de sus capacidades y
posibilidades, deberá emprender acciones que ayuden a superar lo que estamos
viviendo, que posibiliten la construcción de una mejor sociedad nacional.
Este proyecto debemos comenzarlo hoy,
enmendando errores, adoptando posturas y acciones válidas que generen “vida
plena”, aportando con alternativas y soluciones que promuevan el bien común,
dejando de lado la crítica destructiva a todo lo que se hace. Probablemente este camino tendrá aciertos y
errores, pero necesita el apoyo y la participación de todos, es vital e
impostergable identificarnos como un solo país.
Debemos superar las posturas fáciles, de buscar culpables ya que desde
nuestra posición relativamente cómoda en el interior de nuestro hogar y contando
con los recursos mínimos necesarios es indispensable pensar en las condiciones
de vida de los demás, en sus necesidades insatisfechas, en su carencia de
recursos mínimos para sobrevivir.
Soñemos en una comunidad fraterna, donde
exista justicia y no abusos, donde exista paz en lugar de ataques y envidias,
donde exista solidaridad en vez de egoísmo y, esforcémonos hasta el
agotamiento, cada uno en lo personal, como familia y como grupo humano, para
lograr que el sueño de Dios de “un cielo
nuevo y una tierra nueva”, se haga realidad entre nosotros.
Todo va a estar bien, depende de
nosotros, de nuestra colaboración, entrega, dedicación con las recomendaciones
que nos den las autoridades. Sin duda
alguna, vendrán días mejores, de esta experiencia, queramos o no, saldremos
mejores seres humanos, nacerá una nueva humanidad. ·
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política
y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para
analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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