Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 272 – 19 de enero 2025
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25 años de DOLARIZACIÓN
“Un mundo rico y una economía vibrante pueden y deben acabar con la pobreza... Debemos elegir qué y a quién priorizar: si propiciamos mecanismos socioeconómicos humanizantes... o fomentamos un sistema que aumenta la injusticia y la violencia social”. Papa Francisco, Discurso a los participantes en el seminario “Nuevas formas de solidaridad”
El
9 de enero del 2000, hace 25 años, se impuso la dolarización en Ecuador como respuesta
a la crisis bancaria e hiperinflación generadas por decisiones irresponsables
de banqueros y gobernantes. Esta dura medida representó un gran sacrificio para
el pueblo ecuatoriano, que sufrió la pérdida del poder adquisitivo, la
migración de más de 2 millones de personas y la desesperación de muchos.
Con
el tiempo, y tras enormes esfuerzos populares, la dolarización generó cierta
estabilidad que ayudó a enfrentar la crisis económica, social y política
crónica del país. Logró mantener la inflación baja y mejorar la capacidad
adquisitiva de la población. Hoy, cerca del 90% de los ecuatorianos respaldan
el uso del dólar. Sin embargo, mantener la dolarización exige una disciplina
fiscal y económica que el país no ha logrado consolidar. La vigencia de la
dolarización no depende únicamente de decretos gubernamentales o del deseo
popular, sino de la disponibilidad de dólares en la economía. Si los recursos
no alcanzan para cubrir las necesidades del Estado, podría colapsar, obligando
a una transición hacia una moneda nacional. Esto conllevaría la inevitable emisión
inorgánica de dinero, desencadenando inflación, especulación y devaluación, y
afectando gravemente el nivel de vida de los ecuatorianos.
La
pregunta clave es: ¿por qué podría faltar el dólar? La respuesta radica en
gastar más de lo que producimos, lo que nos lleva al endeudamiento para cubrir
gastos corrientes o de consumo, sin generar inversión productiva. Sin inversión
pública ni privada no hay producción ni empleo, elementos esenciales para una
economía sostenible. Generar dólares requiere aumentar la producción, exportar
más de lo que se importa, atraer e incrementar la inversión nacional y
extranjera, y gestionar eficientemente los ingresos provenientes de créditos y
remesas de los migrantes. Desafortunadamente, los datos actuales son
preocupantes.
Según
cifras oficiales, en 2024 el Producto Interno Bruto (PIB) decreció respecto al
2023, el déficit público se mantiene en cerca de 4 mil millones de dólares, y
la deuda externa supera los 80 mil millones. En 2025, el Estado enfrenta pagos
de 3.369 millones por amortizaciones de la deuda externa, 2.545 millones por
intereses, y 2.963 millones por deuda interna. Esto suma un total de 8.877
millones de dólares (Observatorio de la Política Fiscal). Para evitar la
escasez de dólares y preservar la dolarización, Ecuador debe producir y
exportar más, reducir su deuda y atraer inversión. Sin embargo, problemas como
la inseguridad física y jurídica, la falta de inversión extranjera y nacional,
los conflictos políticos, la falta de institucionalidad y la corrupción
mantienen un alto riesgo país, cercano a los 1.200 puntos (enero 2025), y un
crecimiento económico negativo que nos desfavorece frente al resto del mundo.
¿Qué
debe hacer el gobierno para mantener el dólar? Es fundamental priorizar la
calidad del gasto: adoptar una política de gasto responsable, ético y
eficiente, que reduzca el déficit fiscal de manera progresiva y sin sacrificar
derechos ni abandonar los sectores sociales clave, e impulsar la producción
nacional, la exportación responsable y el fortalecimiento de las capacidades
locales como mecanismos para generar divisas. Además, se debe garantizar la
seguridad jurídica, el respeto al Estado de Derecho, eliminar la impunidad y
combatir la corrupción. Ignorar estas prioridades nos llevaría al colapso,
poniendo en riesgo la estabilidad y sostenibilidad del país. ¿Y qué nos
corresponde como ciudadanos? Elegir con responsabilidad a los gobernantes,
exigir que trabajen por el bien común mediante inversiones productivas,
fortaleciendo la producción nacional, la exportación y el manejo responsable de
los recursos de todos. Desde nuestro espacio, también debemos sumarnos a
trabajar en estas prioridades. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una
publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones
periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer
alternativas, a través de estas cartas.
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