Con los ojos fijos en Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 173– 26 febrero 2023
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La
fuerza vital del pueblo
“Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad
la situación propia de su país, esclarecerla mediante la luz de la palabra
inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexión, normas de juicio y
directrices de acción según las enseñanzas sociales de la Iglesia tal como han
sido elaboradas a lo largo de la historia…”
Carta
Apostólica Octogesima Adveniens, Papa Pablo VI, No.4, 1971.
Las nuevas autoridades recientemente elegidas deben recordar “su compromiso de compartir el destino del pueblo y buscar soluciones a los problemas sociales” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia - CDSI, 410). Desafortunadamente esto no siempre ha ocurrido durante los últimos años, y la corrupción e incompetencia de muchas autoridades han generado una desconfianza civil masiva.
“La
comunidad política está esencialmente al servicio de la sociedad civil y, en
último análisis, de las personas y de los grupos que la componen. La sociedad
civil, por tanto, no puede considerarse un mero apéndice o una variable de la
comunidad política: al contrario, ella tiene la preeminencia, ya que es precisamente
la sociedad civil la que justifica la existencia de la comunidad política”
(CDSI, 418).
El
pueblo está totalmente decepcionado de los políticos y politiqueros. Razones
abundan y sobran, al extremo que el desprecio es evidente. Casi nadie quiere tener
relación con ellos, su desprestigio es tal que se los asocia con corrupción,
impunidad, palanqueo, compadrazgo, manipulación, robo, amarres, privilegios,
prebendas… Son “un mal necesario”, dicen de ellos. Pese a tener semejante
reputación, en sus manos está la administración del Estado. Son ellos, desde
los diferentes poderes del Estado, los que delinean los caminos que debe seguir
el país para lograr su desarrollo integral, o sumergirse en el atraso y
abandono.
Según
el CDSI 417 “La comunidad política se constituye para servir a la sociedad
civil, de la cual deriva. La Iglesia ha contribuido a establecer la distinción
entre comunidad política y sociedad civil, sobre todo con su visión del hombre,
entendido como ser autónomo, relacional, abierto a la Trascendencia: esta
visión contrasta tanto con las ideologías políticas de carácter individualista,
cuanto con las totalitarias que tienden a absorber la sociedad civil en la
esfera del Estado…”.
La
Sociedad Civil tiene supremacía y está por sobre la comunidad política, de allí
que los políticos están para servir al pueblo y no para servirse del mismo,
pues, “La sociedad civil es un conjunto de relaciones y de recursos, culturales
y asociativos, relativamente autónomos del ámbito político y del económico: «El
fin establecido para la sociedad civil alcanza a todos, en cuanto persigue el
bien común, del cual es justo que participen todos y cada uno según la
proporción debida»…” (CDSI 417).
La
Sociedad Civil siempre busca una convivencia social más libre y justa, demanda
una vida digna, exige la satisfacción de sus necesidades básicas: educación y
salud de calidad, agua potable, alcantarillado, empleo, seguridad, vías de
comunicación, crédito y asistencia técnica para el agro… y también demanda
honestidad, transparencia, responsabilidad en todas y cada una de las acciones
de las autoridades que elige y en la burocracia que labora para atender y
solucionar las múltiples urgencias que tiene la población. Los políticos están para trabajar junto con
la sociedad civil por el Bien Común.
Cuando
los políticos se alejan del sendero del servicio y del trabajo por el Bien Común,
la sociedad civil busca los mecanismos y las herramientas para que sientan su
preeminencia, una de ellas es la resistencia social que promueve la
participación plena y decisoria de la gente, además de los procesos de
autorreflexión, concientización y autonomía que “afianzan pactos flexibles y
profundos que se hacen entre comunidades concretas”. La Doctrina Social de la Iglesia condena la
corrupción (CDSI, 411) y justifica el derecho a la resistencia si las
autoridades actúan en contra de los derechos fundamentales de las personas de
manera grave y repetida (CDSI, 410). · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos
en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.
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