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miércoles, 4 de mayo de 2016

Centro Comunitario de Construcción de la Paz

La Dra. Charito Calvachi en el discurso de agradeciendo del homenaje de CCP

"Muchas gracias. Estoy tan profundamente agradecida al Centro Comunitario de Construcción de la Paz (CCP, por sus siglas en inglés) por concederme este premio.

Todo lo que soy lo debo a personas y organizaciones que han tocado mi vida.


Pasé mis primeros 30 años en mi país natal Ecuador. Sin que lo supieran ellos, mi familia fue mi primera escuela de valores y principios restaurativos:

1. Aprendí que nadie puede ser desechado. Somos una familia promedio, así que tuvimos nuestra cuota de algunos días no llevarnos bien con un hermano o una hermana, pero aprendimos que íbamos a estar juntos para las buenas y las malas, sin escape.
Mis padres dieron el ejemplo compartiendo sus vidas por 63 años.
Semejantemente, la sociedad no puede descartar o dejar de lado aquellos que rompen las reglas. Todos estamos en esto juntos, somos una gran familia de la humanidad.

2. Entendí el valor de la comunidad. Otra vez, cuando sucedió que tuve un desacuerdo con un hermano o una hermana, me quedaban todavía todos los demás miembros de mi familia para sentirme amada. Igualmente, en la sociedad, cuando alguien ha perjudicado a una persona, lo ideal es que el resto de la comunidad ayude a atender las necesidades de esta persona herida.

3. Comprendí el poder de contar historias. Mi padre nos dijo que él era un huérfano a quien le enviaban a la escuela sin un lápiz, un cuaderno o un libro. Cuando sus compañeros estaban leyendo sus libros, él leía sobre sus hombros para poder aprender las lecciones. Él no necesitaba explicarnos más por qué él y nuestra madre dedicaron su vida a educarnos hasta llegar al nivel universitario.
Los 12 de nosotros asistimos a universidades. Su poderosa historia era la razón que nos servía de guía para tener éxito.

4. La justicia y la naturaleza son uno. Las montañas, los ríos, el mar y los animales que me rodeaban estaban enlazados intrínsecamente a la calidad de vida. La filosofía de los Pueblos y Nacionalidades de Ecuador surge de la conexión con la naturaleza. Y sin embargo, en mi profesión como abogada yo me sentía frustrada.
Yo rechazaba la forma antagonista de litigar y desdeñaba el sistema penal injusto que se presta a beneficiar a aquellos que cuentan con recursos en detrimento de quienes no los tienen.
Años más tarde, en 1996, me mudé a Lancaster, Pennsylvania. Una persona Menonita que escuchaba mi dilema me sugirió que visitara la organización de justicia restaurativa en la ciudad, que en aquel momento se llamaba LAVORP, ahora CCP.
Y esto inició un viaje maravilloso para mí como voluntaria. Escribí artículos sobre el tema, comencé un programa de radio, contando historias restaurativas e hizo algunos segmentos de TV. Me di cuenta de que la justicia restaurativa era la respuesta a mi frustración.

Howard Zehr desempeñó un papel importante, ya que nada de esto hubiese sucedido, si él no hubiera me permitió empezar a medio año escolar en el Centro de Justicia y Construcción de la Paz (CJP) en la Eastern Mennonite University en Virginia.

Ahí obtuve una maestría en transformación de conflicto. Howard Zehr también me abrió las puertas para entrenar, dar charlas y trabajar en Norte, Centro y Sur América.

En suma, debo a mi familia, a CCP y CJP lo que soy. Es por eso que hoy recibo este premio a nombre de mi amada familia, los Pueblos y Naciones del Ecuador, el personal y los voluntarios del CCP a lo largo de los años, mis profesores increíbles y colegas de CJP y a nombre de toda la gente de América Latina. Cuando ustedes me honran a mí, ustedes les honran a ellos."

Charito Calvachi-Mateyko, Premiación, Centro Comunitario de Construcción de Paz, Lancaster, EEUU."

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