Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 277– 23 de febrero 2025
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Hombre de fe, bueno y honorable
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo
hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes”
Juan 14, 2-3
“La caridad política supone haber desarrollado un sentido social que supera toda mentalidad individualista: La caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une”. Fratelli tutti, n.182.
Andrés siempre aportó
a nuestro grupo una voz reflexiva y nos impulsaba a contemplar la realidad y el
futuro del Ecuador con esperanza, incluso en medio de las profundas crisis que
atravesamos. Escuchábamos con atención sus valiosos aportes, fruto de su amplia
experiencia y profunda sabiduría.
Fue un hombre
público, un político íntegro, impoluto e intachable. Practicó aquello que el
Papa Francisco denomina “la mejor política, puesta al servicio del verdadero
bien común”. Fue uno de los fundadores de la democracia cristiana en Ecuador y
nunca cambió sus convicciones. Como vocal suplente del actual Consejo Nacional
Electoral (CNE), criticó con firmeza las componendas politiqueras. Entre 1994 y
2003, se desempeñó como vocal y luego como presidente del Tribunal Electoral de
Pichincha; entre 2005 y 2008, fue coordinador y vocal del Tribunal Supremo
Electoral. En cada una de estas funciones demostró compromiso e integridad: un
verdadero ejemplo para la democracia.
Trabajó durante más
de 20 años en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación
para América Latina (CIESPAL), donde ejerció como secretario general. Colaboró
también con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el Ministerio
de Educación y la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME). Su probidad
y honradez le ganaron el respeto y reconocimiento incluso de quienes eran sus
adversarios políticos.
Gran lector, la amaba
y disfrutaba de su amplia biblioteca, donde cultivaba a diario “el amor por la
palabra”. Educó a sus hijos con el ejemplo. Varios amigos reconocen en él una
fortaleza moral y ética sobresalientes, así como una honradez acrisolada y una
integridad evidente en todas sus acciones, tanto públicas como privadas.
Más allá de sus
cargos públicos, sobresale su compromiso de fe. Durante varios años colaboró
con la revista Ser Familia de los Salesianos; participaba de forma constante y
activa en la parroquia de El Carmelo de Quito, junto con su esposa Lolita y en
nuestra Comisión de Justicia y Paz. Su fe fue un motor esencial en su vida, en
su relación familiar y en la educación de sus hijos José Andrés y Catalina, de
sus nietos, su hermana y demás familiares.
Andrés pasó sus
últimos días en el Hospice San Camilo de Quito, donde recibió el cariño y amor
de sus hijos, nietos, familiares y amigos, así como los cuidados necesarios.
Compartimos la
convicción de que Andrés León es un ejemplo para nuestro país. En el
servicio público y en nuestra sociedad, precisamos de muchas personas como él:
sin agendas personales, sin búsqueda de beneficios ni privilegios, siempre
anhelando lo mejor para su querido Ecuador. En estos momentos, cuando
presenciamos una fuerte división y polarización política que genera odios y
enemistades, tildando de enemigos a quienes piensan distinto, necesitamos
reconocer y valorar a las personas que, como Andrés, de forma silenciosa, con
abnegación y sencillez, construyen la patria desde la fe, con esperanza y amor.
Aprendamos de ellas, cuyo testimonio de vida ilumina también la nuestra.
Gracias, Andrés, por
tu vida y testimonio. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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