Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 257– 6 de octubre 2024
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Centralidad de los pobres
“Ustedes tienen que ayudar a los políticos para que no se entreguen a los cocodrilos, para que no se arrodillen ante la estatua de oro por miedo al horno. Ustedes tienen que ser custodios de la Justicia Social. Tienen que estar ahí para recordarles al servicio de quién están. Ustedes tienen que estar ahí como la viuda del evangelio, insistiendo, insistiendo, rompiendo la paciencia para que hagan justicia. Esa es una táctica que nos enseñó Jesús. Seguramente encontrarán otras tácticas, pero siempre dentro de la no-violencia, por favor trabajen siempre por la paz. La guerra es un crimen”. Papa Francisco.
Terminó
el plazo para inscribir las candidaturas para la presidencia, vicepresidencia y
para asambleístas nacionales y provinciales. Una gran cantidad de candidatos y
una diversidad de líneas políticas, en su mayoría indefinidas. Todos hablan de
democracia para ganar votos, descalificando a sus competidores, señalando
culpables de la crisis que vivimos y ofreciendo soluciones falsas, demagógicas
e irrealizables, sin presentar propuestas objetivas o planes de gobierno
sustentados. Para ellos, la democracia no es el gobierno del pueblo para el
pueblo, sino un mecanismo para elegir caudillos impreparados que buscan el
poder para beneficiarse a sí mismos y a sus grupos, en lugar de trabajar por el
bien común, ignorando las propuestas de los movimientos populares. El Papa
Francisco, en su reunión en Roma con los movimientos populares el 20 de
septiembre, nos dejó unas palabras que nos caen como “anillo al dedo”.
A
los movimientos sociales, les dice que deben salir de la pasividad y el
pesimismo, que no deben dejarse abatir por el dolor ni resignarse, sino avanzar
“paso a paso sobre la tierra firme de lo concreto, trabajando cuerpo a cuerpo,
persona a persona”. De la acción comunitaria de los pobres depende no solo su
propio futuro, sino el de toda la humanidad. Resalta la centralidad de los
pobres afirmando que “no es comunismo, es Evangelio puro”, subrayando que “es
Jesús quien los pone al centro. Es una cuestión de nuestra fe y no se puede
negociar. Si vos no aceptás eso, no sos cristiano”, dice categóricamente.
Los
pobres deben ser el centro de todo tipo de política económica y social:
"si no se promueven políticas buenas, racionales y equitativas que
afiancen la Justicia Social, para que todos tengan tierra, techo y trabajo, un
salario justo y los derechos sociales adecuados, la lógica del descarte
material y humano se va a extender, dejando a su paso violencia y desolación.
Es deplorable que muchas veces sean los más ricos quienes se oponen a la
justicia social o a la ecología integral por pura avaricia, disfrazándola con
ideología y presionando a los gobiernos para que sostengan malas políticas que
los favorezcan económicamente”. Los pobres no deben ser valorados solo en
tiempos de elecciones; deben estar en el centro de toda acción política a nivel
nacional, provincial y cantonal.
“El
grito de los excluidos puede despertar las conciencias adormecidas de tantos
dirigentes políticos, quienes deben hacer cumplir los derechos económicos,
sociales y culturales que ya están consagrados en la Constitución y las leyes,
pero que no se aplican. Es necesario trabajar arduamente para que esos derechos
se cumplan y no queden en letra muerta. En el sistema en que vivimos, prevalece
“una cultura muy fea”, la del ganador, un aspecto de la “cultura del descarte”.
Nadie, con o sin méritos, tiene derecho a mirar a otro desde arriba, como si no
valiera nada. Mirar desde lejos, con indiferencia, desprecio u odio, es la
antesala de la violencia”.
Sin
desmayar ni amilanarse, hay que mantener en alto la bandera de “Tierra, Techo y
Trabajo”, ya que “son derechos sagrados”. “Que nadie les quite esa convicción,
que nadie les robe esa esperanza, que nadie apague los sueños”. Los movimientos
populares tienen una misión “trascendente” en el Ecuador y América Latina, pues
“si el pueblo pobre no se resigna, se organiza, persevera en la construcción
comunitaria cotidiana y, al mismo tiempo, lucha contra las estructuras de
injusticia social, más tarde o más temprano, las cosas cambiarán para bien”. En
esta dirección, hay que caminar sin prisa, pero sin pausa, porque “las riquezas
son para compartir, para crear, para fraternizar”. Acumular no es virtuoso,
distribuir sí lo es. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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