Con los ojos fijos en
Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 79 – 9 de mayo 2021
------------------------------------------------
El deber ser de la Asamblea
Nacional
La
Función Legislativa se ejerce por la Asamblea Nacional, que se integrara por
asambleístas elegidos para un período de cuatro años. (Constitución 2008, art. 178).
Así de simple es
la definición constitucional del primer poder del Estado, que se origina en la
voluntad popular expresada en las urnas. Legalmente tiene dos misiones fundamentales: legislar y fiscalizar. De
estos mandatos depende, en gran parte, la estabilidad jurídica y política, así
como la gobernabilidad de la República y, consecuentemente, el bien común.
Legislar es crear, modificar o eliminar las leyes. Misión fundamental, ya que, de la calidad, eficacia y proyección a futuro de las leyes, depende el buen manejo de la cosa pública y las relaciones entre los ciudadanos y el Estado. No se trata de fabricar leyes sin ton ni son, sino de que las que entren en vigencia respondan a necesidades colectivas y sirvan para el desarrollo integral, la justicia y la paz.
Fiscalizar es
velar por el cumplimiento estricto de la ley, comenzando por la Función
Ejecutiva que cuenta con recursos humanos y económicos que deben ser manejados
con absoluta pulcritud. La Asamblea debe fiscalizar al buen uso de esos
recursos y, si el caso amerita, aplicar las sanciones políticas a quienes hagan
mal uso o, peor aún, a quien caiga en hechos de corrupción.
Pero hay otro elemento
de trascendencia de la Asamblea Nacional: posibilitar la gobernabilidad,
es decir, crear el ambiente que permita al Ejecutivo cumplir con su mandato y
trabajar por el desarrollo integral y el bien común.
Muy fácil es
torpedear el trabajo del Presidente de la República, de sus ministros y más
instituciones, buscando réditos electorales y posicionándose como caudillos de
una oposición irracional. No es lógico confundir la justa fiscalización,
necesaria y oportuna, con un boicot permanente a todo lo que pretenda hacer el Ejecutivo.
Los entramados
de la Asamblea Nacional saliente fueron complejos, extraños y hasta
decepcionantes. Negociaciones que en muchas ocasiones archivaron los intereses
del pueblo y antepusieron agendas propias o de los grupos que representan. Asambleístas
que "en nombre y delegación" de sus electores, hicieron todo lo
contrario a la voluntad popular. La actual
Asamblea termina su gestión tan calamitosamente que casi ningún ciudadano
confía en ella.
La nueva
Asamblea, que se instala el 14 de mayo, es un cuerpo legislativo fraccionado y
sin mayoría suficiente para apoyar al Ejecutivo ni con la fuerza necesaria para
una oposición racional. El desafío de los 137 legisladores es inmenso pues, a
más de negociar y lograr acuerdos para elaborar leyes que permitan enfrentar la
grave crisis económica, social, política, sanitaria, ética… deben, sin ambages,
esmerarse por recuperar el prestigio y la confianza ciudadana.
Si los nuevos
legisladores comprenden su misión, si olvidan sus posturas extremas, intereses
personales y de sus grupos cercanos, y si buscan el progreso del país, superarán
el desprestigio que afecta a la saliente Asamblea y contribuirán con la
gobernabilidad, la unidad y el trabajo conjunto, tan necesarios para vencer
esta crisis agobiante. De ellos, como cuerpo legislativo, y del nuevo
Presidente de la República, depende el futuro del Ecuador.
Justicia y Paz anhela que la
tarea legislativa que empieza la Asamblea Nacional sea de consensos, acuerdos
francos, sinceros, transparentes, sin agendas ocultas, ni prebendas. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
Todo lo que dice la carta es verdad, lamentablemente en el país hay un pésimo manejo por parte de las autoridades con referente a la movilidad y el transporte público, es tan inseguro que nunca sabemos si regresaremos a casa y a esto agregarle la irresponsabilidad a la sociedad Ecuatoriana por no poner este asunto como primordial cuando anualmente las vías se llevan la vida de cientos de personas sin importar la condición social y la edad, no obstante, debido a este problemática me surgió una duda. ¿Cuáles serían las mejores soluciones para disminuir los accidentes de tránsito? según su criterio.
ResponderEliminar