en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 176 – 19 marzo 2023
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¡Es
hora de actuar!
“Sólo siendo
solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdad,
egoísmos, injusticia y marginación”. Papa
Francisco. 2 septiembre 2020
Cerca de la
celebración de la Semana Santa, es vital que abramos nuestros ojos y oídos para
percibir con el corazón y la cabeza lo que estamos viviendo en el país. Mas allá de los noticieros, de los discursos,
proclamas y advertencias, es pertinente preguntarnos: ¿Qué está pasando en
Ecuador? ¿Cuáles son los más graves problemas que nos afectan ahora y amenazan
nuestro futuro y el de nuestros hijos?
Cada vez hay más
pobres y muchos de ellos en la extrema pobreza; desde tiempos atrás se entregan
subsidios, en algunos casos de indispensable subsistencia, y en otros, como
ocultamiento de la necesidad lacerante.
El asistencialismo, sabemos, no cambia la realidad. Las necesidades de salud, educación,
salubridad son apremiantes para amplios sectores poblacionales.
Hoy el tema más
común en los medios y las redes sociales es la inseguridad: asaltos, robos,
secuestros, chantajes y amenazas, que provocan miedo e incluso son
magnificados. Qué decir de la
corrupción, por comisión y por omisión, en el sector privado y en el público, lo
que se ha convertido en una pandemia mortal.
La migración a otros países en búsqueda de días mejores hace que muchos,
sobre todo jóvenes, lo intenten, arriesgando su vida. Los suicidios de adultos, adultos mayores,
incluso de jóvenes y niños, deben impedir que podamos dormir tranquilos.
Más lamentos… el
desempleo y la falta de trabajo, con una que crisis aumenta cuando escuchamos a
ideólogos, dirigentes, caciques y caudillos políticos, casi todos, sabiendo que
personal o grupalmente “tienen rabo de paja”, expresando discursos maniqueos e
incendiarios, culpando de todos los males a los contrarios, como si sólo ellos
fueran los buenos y honrados. De
inmediato al convertirse en gobernantes, en su mayoría repetirán las mañoserías
que antes criticaban y auto justifican su incapacidad e ineficacia echándoles
la culpa a los “otros”. Si, por el
contrario, pierden los comicios, buscarán por todos los medios desprestigiar a
sus oponentes, impidiendo de todas formas que cumplan con lo ofrecido, en
espera de que pronto les toque el turno de ganar.
Todo esto ya lo
sabemos. Diagnósticos y críticas hay
muchas. ¿Cuál es la solución? ¿Quién va
a arreglar todos nuestros problemas? ¿Quién es el mesías, el salvador que no nos
utilizará para saciar sus intereses y estará a nuestro servicio? Pronto comenzarán a levantarse los mercados
electoreros con miras de las elecciones generales del 2025. Quizás ya ha comenzado el “canto de sirenas”.
Sin embargo, desde
la experiencia, sabemos que “el salvador” de nuestras desventuras no vendrá de
las nubes o desde los discursos mentirosos ofreciendo el “oro y el moro”,
superaremos los males sólo cuando tomemos conciencia que somos responsables de
lo que pasa o no, en nuestro país.
Solamente cuando
las personas electas, desde el miembro de la Junta Parroquial más pequeña y alejada
hasta el Presidente de la República, entiendan que son realmente servidores de
sus mandantes y que esto no se improvisa, sino que es resultado de un proceso
de concienciación, participación y organización social permanente, muy anterior
incluso a los tiempos de elecciones.
Es urgente incentivar y desarrollar un proceso participativo
que comience en familias, barrios, caseríos, parroquias, comunidades, gremios,
asociaciones, donde mujeres y hombres tengan su propia palabra para lograr
consensos, determinar necesidades comunes y las posibles soluciones. Con organizaciones sólidas se evitará que
prime la politiquería y saque provecho de la “ingenuidad y desconocimiento
popular”. Es la hora de actuar, ser
responsables de nuestro presente y futuro, mañana puede ser tarde. · #ComuniquemosEsperanza
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