Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 244 – 7 de julio 2024
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¿Cambiar todo sin cambiar nada?
“Experimentamos
también resistencias a los cambios que necesitamos y que anhelamos,
resistencias que son profundas, enraizadas, que van más allá de nuestras
fuerzas y decisiones. Esto es lo que la Doctrina social de la Iglesia llamó
“estructuras de pecado”, que estamos llamados también nosotros a convertir y
que no podemos ignorar a la hora de pensar el modo de accionar. El cambio
personal es necesario, pero es imprescindible también ajustar nuestros modelos
socioeconómicos para que tengan rostro humano, porque tantos modelos lo han
perdido” Papa Francisco.
Observamos cotidianamente mucha
decepción de la realidad social, política, económica, cultural, ambiental en
que vivimos, cada vez es más crítica. Hasta la esperanza se siente amenazada.
Grandes mayorías sobreviven en situaciones inhumanas. Se ha normalizado la
pobreza, el desempleo, la violencia, la inseguridad, el narcotráfico, los
abusos de poder, la injusticia. Cada quien quiere salir adelante como sea y al
costo que sea, sin importar nada ni nadie. El individualismo se ha impuesto y
nos ha inmovilizado social y políticamente. Quedan pocas reservas
organizacionales y comunitarias que ven al país con oportunidades de desarrollo
integral, con posibilidades de alternativas que impulsen cambios que beneficien
a las inmensas mayorías que han sido despojadas de su dignidad.
Para solucionar la falta de respeto
y depredación de la casa común, así como para buscar una solución a los
gravísimos problemas de la economía y de injusticia que nos circundan, debemos
poner en movimiento la razón y el conocimiento objetivo con todas sus
facultades, a condición de que estas vayan animadas con una actitud de
compasión, fraternidad y misericordia.
La compasión, la fraternidad y la
misericordia harán que los agentes económicos y políticos que manejan e imponen
su visión, usen su inteligencia y sus recursos para observar y corregir los
efectos de sus imposiciones y para ayudar a los responsables políticos a
cambiar de rumbo cada vez que sea necesario en función del Bien Común. La
compasión, la fraternidad y la misericordia son exigencias de un proceso
político global, nacional y local.
Las élites sociales, políticas y
económicas, a través de sus operadores en las funciones ejecutiva, legislativa
y judicial, desde siempre nos han hablado y ofrecido cambiar todo lo que está
mal, es más se han rasgado las vestiduras para convencernos de que ellos son la
solución y para conseguirlo nos han dicho que necesitan y demandan nuestro
voto. El electorerismo, la demagogia, el populismo de izquierda y de derecha
nos han llevado casi siempre a votar por los que aparentan ser amigos, los del
partido o por quienes nos han ofrecido prebendas sin pensar en el país.
El “cambiar todo para que nada
cambie” ha sido la lógica histórica, lamentablemente el pueblo se ha dejado
seducir por ese discurso alienante y en reiteradas ocasiones ha tropezado con
la misma demagogia y caído en engaños. Nos lamentamos cuando ya es tarde.
Apenas reaccionamos ante esas realidades adversas y nuevamente caemos en los
“encantos” de los politiqueros de turno, volvemos a confiar en ellos a
sabiendas que apenas lleguen al poder se corromperán.
Un cambio, en las expectativas
políticas y la organización del pueblo puede ejercer una sana presión sobre
aquellos que ostentan el poder político, económico y social; es lo que ocurre
cuando los movimientos y organizaciones sociales logran mediante acciones
populares, modificar el comportamiento de los gobiernos, forzándolos a
considerar en su accionar la realidad en la que viven cotidianamente las
grandes mayorías y mínimamente romper la lógica administrativa estatal de
beneficiar y gobernar para los grupos de poder. Es impostergable una toma de
conciencia de todos y todas para elegir y luego exigir que los elegidos
impregnen en el tejido social: la compasión, la fraternidad y la misericordia. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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