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domingo, 5 de octubre de 2025

carta No. 309: El diálogo: instrumento de paz

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 309 – 5 de octubre de 2025
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El diálogo: instrumento de paz

“Si hay una palabra que tenemos que repetir hasta cansarnos es esta: DIÁLOGO. Estamos invitados a promover una cultura del diálogo, tratando por todos los medios de crear instancias para que esto sea posible y nos permita construir el tejido social… hoy es urgente involucrar a todos los actores sociales en la promoción de una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa, sin exclusiones”. Papa Francisco.

NNuestro país vive otro momento crítico. La decisión política del Gobierno de eliminar el subsidio al diésel generó un paro nacional que ya dura casi quince días, iniciado por el movimiento indígena, liderado por la CONAIE, al que se han ido sumando otros actores sociales.

Las autoridades han respondido implementando distintas estrategias y medidas para desprestigiar y anular la movilización. La represión y los hechos de violencia se han desatado: hay un muerto, varios heridos —algunos de la fuerza pública—, personas maltratadas y detenidas, calificadas como terroristas.

Se ha producido una escalada que, en los actuales momentos, impide ver una salida pronta a la situación, debido a la intransigencia gubernamental y su negativa a iniciar un proceso de diálogo y negociación.

Desde la Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz, estamos convencidos de que solo mediante un proceso de diálogo es posible resolver el presente conflicto, que ya tiene graves consecuencias sociales y económicas. Si nos remitimos a la historia, mediante el diálogo finalizaron el Primer Levantamiento Indígena de 1990 y los subsiguientes de 1992 y 1994. Del mismo modo, los paros y levantamientos de 2019 y 2022 concluyeron con procesos de diálogo y negociación.

Desde distintos sectores de la Iglesia, representantes de otras iglesias, instancias ecuménicas, así como numerosos actores y organizaciones de la sociedad civil y de la academia, se insiste en la necesidad de crear cauces adecuados para el diálogo. Unimos nuestra voz en este mismo sentido.

El diálogo no debe limitarse a terminar las movilizaciones, sino servir como una herramienta para prevenir nuevos conflictos. Debe generar acuerdos realistas y viables, basados en el reconocimiento del otro, la flexibilidad para ceder por el bien común y la amabilidad como forma de liberar las relaciones humanas de la crueldad y la indiferencia.

Quien dialoga cultiva la amabilidad, “facilita la búsqueda de consensos y abre caminos donde la exasperación destruye todos los puentes”.

Es posible que, si finalmente se abre un proceso de diálogo, se establezcan mecanismos e instituciones de mediación que cuenten con la aceptación de las partes y ejerzan una labor de arbitraje plenamente neutral, para alcanzar consensos derivados de las negociaciones.

En el diálogo deben participar quienes resultan directamente afectados por la decisión final. Quien toma el diálogo en serio no ingresa en él convencido de que el interlocutor nada tiene que aportar, sino todo lo contrario. Quien participa de un diálogo no cree poseer “toda la verdad clara y diáfana”, ni ve al interlocutor como alguien a quien convencer, sino como alguien con quien dialogar.

Dialogar en serio implica escuchar, mantener la propia posición si los argumentos del otro no convencen, o modificarla si resultan razonables. Supone buscar una solución justa, basada en el entendimiento mutuo. Entenderse no significa lograr un acuerdo total, pero sí descubrir los puntos en común y precisar, desde allí, en qué hay coincidencias y en qué no.

Un diálogo serio exige que todos los interlocutores puedan expresar sus puntos de vista, presentar argumentos y responder a otras intervenciones. La decisión final, para ser justa, no debe atender a intereses individuales o grupales, sino al interés general. Y aun así, puede estar equivocada, por lo que siempre debe quedar abierta a revisiones.

La cultura del diálogo implica un aprendizaje permanente. El diálogo es urgente e impostergable. El diálogo es instrumento de paz.   #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

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